Colombeia

No disponible.
regaló un lebrel y un dardo, tan excelentes, que a nadie se disparaba el dardo que no matase, y donde el lebrel hacía presa no soltaba, cuyas dos alhajas había dado a Procris la diosa Diana. Una calurosa siesta, en que Céfalo andaba a caza, se había retirado a la sombra de un árbol y allí llamaba a la Aurora, que le refrigerase en su cansancio. Alguno que por allí andaba y lo oyó, dio noticia de ello a Procris que, celosa, fue siguiendo los pasos a Céfalo, y recatada esperaba ver como Céfalo la ofendía. Como éste no supiese nada y oyó ruido de las ramas que movió Procris, creyendo sería alguna fiera, le disparó la lanza o dardo con que la mató. Flora, célebre ramera, había adquirido muchos caudales de que dejó por heredero al senado; por lo que le establecieron fiestas públicas a fines de abril, que celebraron con vergonzosas obscenidades y libertades