Colombeia

caudales de cuenta de Nuestro Soberano que para tan piadoso fin ha tenido a bien de remitir. Suplican á Vm. rendidamente se sirva mandar que inmediatamente se les satisfaga los diarios devengados hasta el presente, y que en lo sucesivo semanalmente se hagan los pagos por Vm. si el Comisario señalando dia para la Cobranza, mediante que los Jueves no se verifica como lo tenian prometido por públicos Carteles, y que muchos Enfermos gravemente postrados no pueden ir á la solicitud de los devengados todos los de la semana: Cuio favor esperan merecer de Vm., como tan amante de la Nación Española. Nro. Sor. guarde a Vm. muchos años. Kingston 26 de Octre. de 1781. B. L. M. de Vm. sus atentos servres. Franco. De la Presilla. Manl. Estevan de Altuve. Josef Anto de Aldecoa. Manl, del Valle. Víctor del Valle. Ant° Man1. Camacho. Josef Mendieta. Martin de Belarainaga. Juan de Haranal. Laureano Pastor Tomas Torresillas. Alonso de Navas. Josef de Zanalia. Franco. Bonilla. Josef Villasana de Torres. Diego de la Roja y Contreras. Francisco Rodríguez Domingo Antonio Basques. Josef Santos. Sor. Dn. Francisco de Miranda. Kingston 28 de Octre. de 1781. No 21. Carta al Capitán Genl, de Cuba remitida por via secreta… Mui Sr. mió: Por Cuba participé á V. S. haze pocos dias mi feliz arrivo a esta Isla; y ahora que se me presenta sugeto de mi confianza informaré á V. S. de todo lo ocurrido en mi navegación desde el Batabanó. A los ocho dias llegué á Trinidad donde fué menester tomar practico (como avise a V. S.) por que el que Yo trahia se puso enfermo, me lo franqueo luego el Comandante de Marina que eslava alli dándome el suyo proprio, y al siguiente dia me hize á la vela en demanda de mi destino… quinze dias después llegué á la Ensenada de Blufields sobre la Costa de Jamaica donde me propuse hacer aguada que ya teníamos mui escasa… estando en esta operación vino á reconocernos la Balandra de Su Maga. Británica el PortMorant, cuio Capitán se satisfizo de mi comisión, y me suplicó le diese algunos Prisioneros Yngleses de los que llevava á mi bordo por que tenían permiso para ello del Almirante: Se lo concedí efectivamente, y de aquí resultó que haviendoles estos dicho que Yo llevaba dinero en mi embarcación, viniese el Capitán á
caudales de cuenta de Nuestro Soberano que para tan piadoso fin ha tenido a bien remitir. Suplican a Vm. rendidamente, se sirva mandar que inmediatamente se les satisfaga los diarios devengados hasta el presente, y que en lo sucesivo semanalmente se hagan los pagos por Vm. si el Comisario señalando día para la cobranza mediante que los jueves no se verifica como lo tenían prometido por públicos carteles, y que muchos enfermos gravemente postrados no pueden ir a la solicitud de los devengados todos los de la semana. Cuyo favor esperan merecer de Vm., como muy amante de la Nación Española. Nuestro Señor guarde a Vm. muchos años. Kingston 26 de octubre de 1781. B. L. M. de Vm. Sus atentos servidores. Francisco de la Presilla, Manuel Esteban de Altuve, José Antonio de Aldecoa, Manuel del Valle, Víctor del Valle, Antonio Manuel Camacho, José Mendieta, Martín de Belarainaga. Juan de Haranal, Laureano Pastor, Tomás Torresillas, Alonso de Navas, José de Zanalta, Francisco Bonilla, José Villasana de Torres, Diego de la Roja y Contreras. Francisco Rodríguez, Domingo Antonio Basques, José Santos. Al Señor Don Francisco de Miranda. Kingston, en la Jamaica, 28 de octubre de 1781. Nº.—21. Muy señor mío: Por Cuba participé a Vs., hace pocos días, mi feliz arribo a esta isla; y ahora que se me presenta sujeto de mi confianza, informaré a Vs. de todo lo ocurrido en mi navegación desde el Batabanó. A los ocho días llegué a Trinidad, donde fue menester tomar práctico (como avisé a Vs. ), porque el que yo traía se puso enfermo; me lo franqueó luego el Comandante de Marina que estaba allí, dándome el suyo propio y al día siguiente me hice a la vela en demanda de mi destino. Quince días después llegué a la Ensenada de Bluefields, sobre la costa de Jamaica, donde me propuse hacer aguada que ya teníamos muy escasa. Estando en esta operación, vino a reconocernos la Balandra de Su Majestad Británica el "PortMorant", cuyo Capitán se satisfizo de mi comi­sión y me suplicó le diese algunos prisioneros ingleses de los que llevaba a mi bordo, porque tenían permiso para ello del Almirante. Se lo concedí efectivamente y de aquí resultó que habiéndoles éstos dicho que yo llevaba dinero en mi embarcación viniese el Capitán a