Colombeia

hombres; y una batería de Morteros en el mismo Ataque de calibre de 9, y 12 pulg: con los que han comenzado a bombardear la Plaza, arruinando sus edificios, y siendo el primero la casa del Governador, que la segunda bomba que arrojaron, hecho casi por Tierra. El manejo de su Artillería es bastante regular, y con mui buena dirección. Por la tarde pusieron bandera de Paz, y recividos con las precauciones devidas: pareció una Baxá seguido de una comitivamde hasta quinientos caballos mui bien aderezados, y compuestos, pidiendo a nombre de su Soberano se le entregasen inmediatamente las Llaves de la Plaza, y la guarnicion se retirase a España, o capitulara en términos regulares (para lo qual se concedería el que fuese necesario) pues aquel territorio era del Emperador se Amo: con otras expresiones arrogantes que fueron bien contextadas por el Governador, quien respondió (de orden del General) que era fiel vasallo, y tenia la Plaza jurada, la que defendería hasta derramar la ultima gota de sangre, y para ello estaba bien provista dé municiones de boca, y guerra, y con suficiente guarnición dispuesta a defenderla con el mayor valor, hasta escarmentar su orgullo… Con este motivo se dieron varias providencias por nuestro General concernientes al mejor orden de defensa; asistiendo personalmente con el maior celo, y actividad a las Baterías, y fuertes exteriores; despachando pronto aviso de todo con una falúa de la Plaza a la Ciudad de Malaga, y pidiendo un pronto socorro de Tropas, pues solo llegaba la guarnición a 700 soldados, con igual numero de Desterrados: como, asimismo de Artillería, Municiones, Útiles, &c. que de todo havia suma escasez. La guarnición se mantubo con la maior vigilancia sobre las Armas, ocupando sus respectivos puestos, sin que se hubiese notado otra novedad en el campo enemigo. 11. En el presente amanecieron puestas quatro Baterías por el Enemigo con 18 piezas de Mortero que colocaron en Tarara, San Lorenzo, Santiago, y la Puntilla con las quales han hecho un fuego bastante regular, y vibo, arruinando muchos Edificios; pero sin causar maior estrago en la guarnición sin embargo de hallarse toda expuesta al fuego, y estrago de las Bombas, por no haver siquiera un Quartel construido a prueba.
hombres, y una batería de morteros de calibre 9 y 12 pulgadas, con los que han comenzado a bombardear la Plaza, arruinando sus edificios, y siendo el primero la casa del Gobernador, que la segunda de las bombas que arrojaron casi echó por tierra. El manejo de su artillería es bastante regular y con muy buena dirección. Por la tarde pusieron bandera de paz, y recibidos con las precauciones debidas, apareció un Baxá (este empleo corresponde a nuestros Oficiales Generales), seguido de una comitiva de hasta 500 caballos muy bien aderezados y compuestos, pidiendo a nombre de su soberano, una de tres cosas: abandonar la Plaza y retirarse la guarnición a España, capitular, o entregarla a discreción (para lo cual se concede el tiempo necesario), pues aquel territorio era del Emperador, su amo; con otras expresiones arrogantes que fueron bien contestadas por el Gobernador, quien le dijo, por disposición del general, Mariscal de Campo D. Juan Skarlock, quien se halla de comandante general de la Plaza, que era fiel vasallo y tenía la Plaza jurada, la que defendería hasta derramar la última gota de sangre, y para ello estaba bien provista de municiones de boca y guerra, y con suficiente guarnición dispuesta a defenderla con el mayor valor hasta escarmentar su orgullo. Con este motivo, se dieron varias providencias por nuestro general, concernientes al mejor orden de defensa, asistiendo personalmente a los fuertes y baterías con el mayor celo; y despachando pronto aviso de todo con una falúa (pequeña embarcación destinada solamente para dar un aviso a España en caso muy urgente) de la Plaza a la ciudad de Málaga, pidiendo un pronto socorro de tropas, pues sólo llegaba la guarnición que tenía, a 700 soldados e igual número de desterrados, como asimismo de artillería, municiones, útiles, etc., que de todo había suma escasez. La guarnición se mantuvo con la mayor vigilancia sobre las armas, ocupando sus respectivos puestos sin que se hubiese notado otra novedad en el campo enemigo. 11 de diciembre. En el presente amanecieron puestas cuatro baterías por el enemigo, con 18 piezas de mortero que colocaron en Tarata, San Lorenzo, Santiago y La Puntilla (estos puestos son todos dominantes alrededor de la Plaza que fueron nuestros antiguamente, de donde conservan aún estos nombres, y fuimos perdiendo sucesivamente), con las que han hecho un fuego bastante regular y vivo, arruinando muchos edificios pero sin causar mayor daño en la guarnición, sin embargo de hallarse toda expuesta a fuego y estrago de las bombas, por no haber siquiera un cuartel construido a prueba.