Colombeia

se ha disminuido notablemente, lo que nos hace pensar estuviese acaso fuera; pero el moro prisionero asegura que está en su tienda e ignora esté quizás enfermo. Entre nuestras obras de defensa se añade un camino cubierto que desde el baluarte de las Cinco Palabras se construye por el galápago hasta la Victoria, para poner a cubierto la gente, que pasa de la Plaza a este fuerte por sus explanadas, del fuego de las baterías enemigas que hacen algún estrago por esta parte. 6 y 7 de marzo. El fuego de las baterías enemigas ha sido bastante vivo en estos días, y entre las muertes que ha ocasionado, fue la de un cadete de la Plaza a quien una bala de cañón quitó la cabeza en el fuerte de Santa Bárbara. Se asegura por el vigía que una bomba nuestra, que esforzándola pudo caer en el campamento enemigo, ha muerto siete moros que según el vestido de damasco carmesí que llevaban, denotan ser personas de consecuencia. Una bomba de las muchas que el enemigo arroja al fuerte de la Victoria, puso fuego en el primer día a un repuesto provisional de pólvora que para el servicio de la artillería estaba sobre el muro, cuyo efecto fue arruinar un corto pedazo del parapeto y estrope