Caracas, 5 de julio de 1812.
Mi general, amigo y señor: El proyecto de los Joves que me parece bien como á Vd. Y que realizado con otras medidas y disposiciones de buen orden y gobierno, nos libraría en parte del gran conflicto y penuria en que nos vemos y de la terrible situación de llegar el caso de faltarnos los alimentos de primera necesidad para el pueblo y para el ejército, ni la reunión y concurrencia de los europeos á los importantes fines que Vd. Me previene con fecha 3, son practicables ni ninguna otra medida de salud, si en el estado presente de cosas, sin agricultura, sin comercio, sin rentas, sin comerciantes, sin labradores y sin seguridad en el gobierno y sin confianza el gobierno en los habitantes, ni de estos en él, es imposible que ningún Estado pueda subsistir. Si fuese posible que Vd. Se separase de la cabeza del ejército y diese un salto á Caracas, siquiera por dos días, es el único medio que me presenta mi imaginación después de fatigada en buscarle. Sólo, sólo Vd. Puede restablecer el edificio y tomar providencia para librarle de una ruina acaso irreparable; pero si la presencia de Vd. Es absolutamente precisa ahí, le ruego encarecidamente que suspenda el juicio, y á nada, nada de cuanto le escriban dé ascenso hasta que llegue el oficial Castillo que parece saldrá pasado mañana.
En el momento que supe no podía ser socorrida la plaza de Puerto Cabello por los valles, di la orden más estrecha al Gobernador político y al ministro de La Guaira para que la ejecutasen de cuantos víveres pudiesen acopiar sin detenerse en costos. Han hecho varias remisiones y la última el día 2: entre otros artículos, de cien fanegas de maíz y cien barriles de harina. De esta considero que no pueden tener escasez si se han tratado con prudente economía quinientos cuarenta y seis barriles que fuera de los cientos se han enviado desde 20 de marzo, pues hacen noventa y ocho mil y pico de raciones de á libra. A vista de un oficio del comandante Bolívar al gobernador político de La Guaira que con fecha de 28 de junio le dice que sólo tiene víveres para quince días para la tropa y que el pueblo está en la mayor escasez, he reiterado la orden con más eficacia y por mi parte nada quedará por hacer á fin de enviar todos los socorros posibles.
Es de Vd. Amigo afectísimo:
De León.
P. D.—Son las 4 de la mañana y mi cabeza está en gran debilidad.