Caracas, 4 de mayo de 1812.
Mi general: Acaba ahora de llegar un criado de Gascue, que ha esparcido la noticia que los enemigos se han apoderado de villa del Pao, y que marchaban hacia Calabozo. Esto nos ha parecido absurdo por la dirección que daban á sus fuerzas, á menos que no tuviesen tantas cuantas fuesen necesarias para este ataque sin abandonar las posiciones que parecen más importantes; en fin sea lo que fuere esta noticia, todos cuentan con que Vd. Va á ser el libertador de Venezuela, aunque esta confianza puede ser perjudicial cuando por ella no se activen las providencias en los términos en que yo quisiera. Ya hice á Vd. Mis observaciones sobre ese objeto, y me remito á mi anterior.
Me parece de la más grande importancia, mi general, la pronta comunicación de las ocurrencias del ejército á este gobierno, pues que como de aquí han de salir todos los recursos, nada importa que el gobierno federal se instruya como creo de todo. Cuando algunas veces no podrá tan prontamente como Caracas subvenir á las urgencias del ejército. Sería muy conveniente también que hablase Vd. Con García Castro, le dijese que viniese á hacerse cargo de su plaza, y le diese Vd. Instrucciones convenientes, principalmente sobre la celeridad en todo auxilio donde Vd. Lo necesitare.
Esto hará mucho más que cuanto discurran aquí sobre estas materias, los que por su apatía no pueden darle impulso á estas operaciones.
Dígame Vd. Aunque sea una sola palabra. Comuníqueme Vd. Sus órdenes, y mande á su apasionado amigo y servidor:
Vicente Salías.
He visto que Escalona sale para el ejército. La plaza de la Guaira no me parece bien en manos de Leandro. Discurra Vd. Sobre la seguridad. Ordene Vd, al gobernador militar, ó al gobierno, lo conveniente, y sobretodo ponga Vd. En ella un oficial con que pueda contarse. Hoy se ha oficiado al arzobispo para que obligue al clero á predicar clara y terminantemente á favor del sistema. Yo juzgo que Vd. Habrá tomado sabias medidas sobre este objeto; pero también sería muy conveniente, si Vd. Lo tiene á bien, oficiarle Vd. Y hablarle militarmente sobre el particular.
Vale.