(Reservada)
17 de mayo.
Mi apreciado amigo: Por la ausencia de Tala vera he encontrado al Poder ejecutivo y lo participo á Vd. por lo que pueda convenir. Con toda la confianza que es propia de mi amistad, y de mi carácter patriótico, manifestaré á Vd. la necesidad de que se lleven al ejército los dos Pelgrones y sus compañías. En las circunstancias presentes son peligrosos aquí porque se han propuestos vivir de insultantes, sembrando el descontento en una época en que la unión y la política deben consolidar los ánimos á nuestra defensa. Huyen de ir á la guerra y de separarse de Caracas, y para colorir esta conducta tan indigna de un patriota, se ponen á dar gritos y declamaciones contra varios individuos, que no traen otras ventajas, que el descontento y la desconfianza. Vayan en fin á la guerra y si fuesen cobardes, que los conozca la patria y no la engañen.
Los habitantes de esta provincia ven pendiente su suerte y su libertad de las providencias militares de Vd., y yo más que nadie que salgo por garante de la victoria, siempre que no haya obstáculos en la medida.
Toda mi casa es de Vd. con el invariable afecto á que se ha hecho acreedor su mérito y así es ocioso repetirle cuanto le aprecia
Fr. Paúl.