Documentos 1811-1816

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Caracas, 15 de mayo de 1812. II. Supongo á Vd., mi respetado general, bastante instruido por Meyer, de la marcha que se ha hecho seguir entre el gobierno federal y el de aquí á un asunto cuya celeridad era la más preciosa cualidad. Después de haberlo dilatado durante 15 días por cálculos contradictorios, han terminado sustituyéndome por Don Martín Tovar junto con un tal Don Juan Estévez, bajo pretexto que el dinero de Tovar podía suplir la falta de fondos, verdadera ó falsa, en la cual, pretenden, ha consistido el fracaso del proyecto. Sin mezclarme en las cualidades personales de los dos señores subrogados, para llevar á cabo el asunto en cuestión, no podré nunca convenir en que Tovar tenga 20,000 pesos en plata para embarcarlos en la fragata Orfeus, sin los cuales no se puede hacer nada, á menos que la habilidad ó el crédito de estos señores pueda cambiar la naturaleza de los negocios y del comercio colonial para obtener letras de cambio ó que ellos puedan reunir en 24 horas bastante añil, único artículo capaz de suplir el dinero, á pesar de una pérdida enorme. Sea lo que fuere, es cierto que han desconcertado un proyecto útil según nuestros cálculos, despojando á sus autores de conducirlo, para ponerlo en otras manos, bajo un pretexto quimérico y arriesgando al mismo tiempo el éxito, no solamente por el retardo, sino también por la ignorancia del idioma y de conocimientos locales en la cual se encuentran los nuevos comisionados. Respecto á mi, todo eso me es enteramente igual, con tal que se puedan obtener las ventajas del proyecto; pero hay en el negocio un extranjero respetable, que pudiendo ver esto de otro modo al mío, se expone uno á interpretaciones desventajosas. Siempre he creído que el negocio tocaba directamente á Vd. Siendo una medida de ofensa pública; en consecuencia lo someto á su consideración tomándome la libertad de suplicar á Vd. Se sirva emplear su influencia para disminuir respecto de Meyer, las malas apariencias que esto pudiere tener. Para mi, que no veo en todo sino el bien del país, me volveré contento á mi destino, listo á hacer todo y á dejar de hacer todo, según lo que la autoridad me indique. Con tales principios, cuente siempre, mi general con la abnegación sincera con que tengo el honor de ser, Su amigo y humilde servidor: F. Iznardy. P. D.—Ninguna noticia del exterior.