Queda enterado el generalísimo del oficio del gobierno de Caracas transmitido por el Federal, invitando á una nueva conferencia y me encarga os conteste lo siguiente:
El generalísimo no quiere ni necesita ventilar los límites de la autoridad que á él le corresponde; él no quiere otra que la que necesita para salvar la patria, y esta es la misma que se le confirió por el Poder ejecutivo de la Unión y que se revalidó y aclaró posteriormente. La publicación de la ley marcial es lo único que puede salvarnos; todo lo que no sea esto es en vano, es ocioso y hace perder inútilmente el tiempo; es punto éste tan claro que no necesita ni de conferencias, ni de discusiones, y el generalísimo faltaría á su deber, si él admitiese transacciones en esta parte.
La marcha del generalísimo á esa villa ó á cualquier otro punto sería perjudicialísima en estos momentos en que más que nunca es necesaria su presencia en el cuartel general; los enemigos inmediatos y al frente por todas partes, no dan lugar á semejante ausencia, pero tanto los miembros de ese gobierno, como los de la Cámara y Poder ejecutivo de Caracas pueden venir cuando les parezca á hacer al generalísimo todas las observaciones y reflexiones que les ocurran, contando con la buena fe y sinceros deseos que le animan siempre.
De su orden os comunico para inteligencia de ese responsable gobierno.
Carlos Soublette.