Documentos 1811-1816

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Guaira, 25 de junio de 1812. Mi estimado amigo y señor: El silencio sobre la sal ha sido porque no encuentro antecedentes y porque en lo demás no ña ocurrido cosa que merezca la atención de Vd. Vino el año 1777 una real cédula de 24 de agosto, según mi memoria, imponiendo el derecho de regalía de la sal á razón de un peso por cada ocho arrobas. Se mandó ejecutar particularmente en las salinas de Araya, de Cumaná y en las de Margarita, pero fueron tantas las reclamaciones de aquellos cabildos, pescadores y traficantes de sal, que la Intendencia casi en su nacimiento decretó que el un peso se cobrase de la fanega de doce almudes que equivalen á más de doce arrobas. Por el año de -806 ó después, se mandó guardar la citada real cédula en las salinas de esta provincia y se han cobrado y cobran ocho reales ó un peso de cada ocho arrobas. El único interesado en la salina de los Roques se presentó solicitando la igualdad con los de Cumaná y nunca resultó providencia al intento. Yo creo muy justo se haga esa igualación, y Vd. Puede poner una orden disponiéndola fundada en la necesidad de que sea así, para que fomentándose nuestras Salinas estemos libres de tener que mendigar de otras partes una especie tan necesaria, etc., pues en el montón ó granel en que encuentro estos papeles no es posible formar una minuta circunstanciada. Planchas de cobre no se encuentran en cantidad alguna. Hoy van las 39 libras de recortes de que tengo avisado á Vd. El plomo se dificulta comprarlo por lo que verá Vd. De oficio, porque no hay quien se atreva á entrar en negociación grande ni chica. El bergantín Caliope nada ha querido descargar hasta ahora, y algunos otros buques que tienen cantidades en los almacenes de la Aduana, tratan de reembarcarlas. Más retrae á algunos comerciantes de entrar en tratos la falta de hombres con que realizan sus operaciones que aun el resto de las circunstancias actuales. El dueño de los 600 barriles de harina no deja su querella de 30 pesos por cada uno á pagarle én café de primera superior. Vende abordo á 13 pesos quintal ó añil á diez y siete reales libra en el término de cuatro semanas. Dígame Vd. Si hay posibilidad de cumplirle esto porque sería una cosa fea que yo cierre un contrato y no se pudiese cumplir por accidentes ó falta de muías, de hombres que beneficien el café, etc., y que este nombre como buen comerciante nos estreche del modo que todos los más, cuando conocen la necesidad de alguna cosa que ellos poseen. Las proposiciones sobre el plomo las he dirigido con este motivo por otras personas como cosa que no es para el gobierno. Si hay café verde tal vez se vencería al americano á la venta del plomo aunque no lo haga del resto de la carga. Un tal Taborda acaba de llegar preso de Puerto Cabello. Es representante de allí en la Cámara. Tuvo cierto disgusto con el ciudadano Simón Bolívar. Sacaron los sables y oigo decir esta condenado á muerte. La ejecución sería de delicadas consecuencias. Parece que es un hombre amado de aquel pueblo, con crédito sobre él, y esto estorbó la ejecución de la sentencia allí. Es regular que la prudencia del generalísimo modere el fuego de ella que dicen proviene todo de personalidad. Nada otra cosa sé de nuevo y quedo como siempre de Vd. Afectísimo servidor y amigo. Q. B. S. M. Alustiza.