Colombeia

bajadores; sino considerásemos la franqueza del Terreno Arenizo generalmente: inmediatamente que los Enemigos, percivieron con el dia nuestros trabajos, comenzaron su fuego de Cañón, y Mortero, con bastante Vibeza al principio… después mas lento, hasta las onze del dia, que cesaron… Solo nos produjo 2 hombres muertos, y uno herido… Nuestra Trinchera hizo fuego con su Artillería de 4 y 8 sobre algunas partidas de Tropa, y Yndios, que se dejaban beer sobre el glasis de las fortificaciones Enemigas, y con algunas piezas de Campaña hacian también fuego, sobre nuestras Centinelas de trinchera. Por la tarde, obserbamos que los Enemigos, pisoneaban y recomponían sus Parapetos, y terraplenes por aquel paraje; que lia vían hecho el fuego, Efecto sin duda del estruendo, y vibración de la Artillería, sobre una fortificación reciente, y formada de Maderas, y Arena Arguilíosa; no obstante que tiene en si, al parecer, cuanta solidez es posible dar a este genero de Obras. A las 7 d. t. se relebó, felizmente, toda la Guardia de la Trinchera, por ygual No de trabajadores, y dos, o tres compañias mas de Gente de Armas, que el dia antecedente: Gefe de ella el Coronel Pineda… Nuestros trabajos, siguieron toda la Noche, y hemos trazado una batería de Morteros sobre el Ramal derecho, reducto de la Reyna, y el del Principe de Walls: sin embargo de haber los Enemigos conserbado un fuego constante de Morteros y Cañón desde la 71/2 de la noche, hasta las 5 1/2 de la mañana con müi buena dirección: solamente ha producido 3 soldados muertos, y un oficial herido de nuestra parte.
bajadores, si no considerásemos la fragilidad del terreno, arienzo en su mayor parte. Inmediatamente que los enemigos apercibieron nuestros trabajos al llegar el día, comenzaron su fuego de cañón y mortero, bastante vivo al principio, y después más lento, hasta que cesó a las once de la mañana. Sólo nos causaron 2 hombres muertos y uno herido. Nuestra trinchera hizo fuego con su artillería de 4 y 8 sobre algunas partidas de tropa y de indios que se dejaban ver sobre el glacis de las fortificaciones enemigas, y con algunas piezas de campaña hacían también fuego sobre nuestras centinelas de trinchera. Por la tarde observamos que los enemigos pisoneaban y recomponían sus parapetos y terraplenes por el paraje que habían hecho fuego, para reparar el estrago causado, posiblemente por el estruendo y vibración de la artillería sobre una fortificación re­ciente, formada de madera y de arena argillosa, no obstante que parece tener cuanta solidez es posible dar a este género de obras. Se veían igualmente sobre sus morlones, varios oficiales y mujeres que observaban con telescopios nuestra trinchera y nuestros trabajos. A las 7 de la tarde se relevó felizmente toda la guardia de la trinchera por igual número de trabajadores y dos o tres compañías más de gente de armas que el día antecedente. Jefe de ella era el coronel Pineda. Nuestros trabajos siguieron toda la noche y trazamos una batería de morteros sobre el ramal derecho, el Reducto de la Reyna y el del príncipe de Gales, a pesar de que los enemigos conservaron un fuego constante de mortero y cañón desde las 7 1/2 de la noche hasta las 5 1/2 de la mañana con muy buena dirección. Nos produjo solamente tres soldados muertos y un oficial herido. Este se llamaba Mr. Gondeau, subteniente del Regimiento de la Luisiana y murió tres días después.