Colombeia

Diario de lo mas particular ocurrido desde el dia de nuestra salida del puerto de la Havana El 28 de febrero de 1781 se verificó la salida de la expedición para Panzacola, con toda felicidad. El 3 de Marzo siguiente, a las 7 de la mañana, avistamos, a distancia de 4 a 5 leguas, como unas 10 velas a barlobento, a las que se les dio caza, hasta las 5 d. t. con el fin de reconocerlas, lo que no se pudo conseguir por lo mucho que ciñeron el viento, y por no desamparar el Comboy, que estaba ya disperso, y opinar, los mas, a que eran los buques que benian de Veracruz con Viveres. El 4 a las 10 d. m. se nos incorporó el Galbeston, y nos hizo relación de haverse hallado, la noche anterior, en medio de las citadas embarcaciones, y que reconociendo no era el comboy, se separó de ellas, ygnorando lo mismo que nosotros. El 9 al amanecer, vimos tierra desconocida por todos los insignes prácticos que teniamos; porque unos nos consideraban en las Candelarias, y los mas con la Movila, a excepción de dn Joseph Calderón, que afirmó siempre ser la Isla de Sta Rosa, y que estábamos con la Proa a su mediania, como en efecto se verificó: Todo el resto de el dia nos mantubimos paireando, a su vista, con el fin de ocultarnos de la Vigia, y en dar las disposiciones para el desembarco de la Tropa. Entre 11 y 12 d. n. se verificó el desembarco, de todas las tropas en la citada Isla, a fin de sorprender la batería, que se suponia situada en la pun
Diario de lo más particular ocurrido desde el día de nuestra salida del puerto de la Habana El 28 de febrero de 1781 se verificó la salida de la expedición para Pensacola, con toda felicidad. El 3 de marzo siguiente, a las siete de la mañana, avistamos a distancia de 4 a 5 leguas, como unas diez velas a barlovento, a las que se les dio caza hasta las cinco de la tarde con el fin de reconocerlas, lo que no se pudo conseguir por lo mucho que ciñeron el viento y por no desamparar el convoy, que estaba ya disperso, y opinar los más, a que eran los buques que venían de Veracruz con víveres. Durante la caza, hubo coronel que aduló a Gálvez diciendo: "mi general, este es sin duda un convoy de Jamaica, que precisamente tomaremos, con lo que se acreditará Vm. de un segundo Rodney en América"; a que correspondieron otros clientes suyos dando palmadas. El 4 a las diez de la mañana se nos incorporó el "Galveston" y nos hizo relación de haberse hallado, la noche anterior, en medio de las citadas embarcaciones, y que reconociendo no era el convoy, se separó de ellas ignorando lo mismo que nosotros. El 9 al amanecer, vimos tierra desconocida por todos los insignes prácticos que teníamos; porque unos nos consideraban en Las Candelarias, y los más en la Movila, a excepción de don José Calderón, que afirmó siempre ser la isla de Santa Rosa, y que estábamos con la proa a su medianía, como en efecto se verificó. Todo el resto del día nos mantuvimos pairando a su vista, con el fin de ocultarnos del vigía y dar las disposiciones para el desembarco de la tropa. Entre once y doce de la noche se verificó el desembarco de todas las tropas en la citada isla, a fin de sorprender la batería, que se suponía situada en la pun