XVI. En general serán tratados con la más gran humanidad y hospitalidad, conforme a las intenciones de S. M.; y su Consejo Supremo cuidará de la ejecución de las condiciones con la equidad que le es propia.
XVII. En virtud de lo cual, los interesados pueden ser suficientemente instruidos de las ventajas que tendrán en su establecimiento en un país agradable, sano y fértil, no sólo en granos y legumbres, sino también en vinos, aceites y otras cosechas de gran precio, que recompensarán liberalmente los colonos de sus trabajos, cuyas ventajas les serán aseguradas por los medios empleados, en el orden de distribución del terreno que hará feliz a los pueblos ya establecidos, si la misma distribución les fuese fecha.
Madrid, este 15 de abril de 1767.
Aviso al Público
Nadie ignora que España es uno de esos climas felices donde el calor y el frío no hacen sentir jamás su rigor, su situación al grado 36 hasta el 44 de latitud, y su longitud desde el grado 9 hasta el 21, es una verdad demostrada.
La calidad de su terreno lo convierte en el reino
XVI. En general serán tratados con la más gran humanidad y hospitalidad, conforme a las intenciones de S. M.; y su Consejo Supremo cuidará de la ejecución de las condiciones con la equidad que le es propia.
XVII. En virtud de lo cual, los interesados pueden ser suficientemente instruidos de las ventajas que tendrán en su establecimiento en un país agradable, sano y fértil, no sólo en granos y legumbres, sino también en vinos, aceites y otras cosechas de gran precio, que recompensarán liberalmente los colonos de sus trabajos, cuyas ventajas les serán aseguradas por los medios empleados, en el orden de distribución del terreno que hará feliz a los pueblos ya establecidos, si la misma distribución les fuese fecha.
Madrid, este 15 de abril de 1767.
Aviso al Público
Nadie ignora que España es uno de esos climas felices donde el calor y el frío no hacen sentir jamás su rigor, su situación al grado 36 hasta el 44 de latitud, y su longitud desde el grado 9 hasta el 21, es una verdad demostrada.
La calidad de su terreno lo convierte en el reino