Colombeia

El expositor prestará una atención más particular en llenar los compromisos con la más exacta fidelidad que debe justificar las bondades y la confianza con las cuales le honra Su Majestad y su Consejo, que no dejarán de hacer la felicidad de los pueblos que vivirán bajo sus leyes y que colma de antemano de favores, por las ventajas que su bondad real les ha designado con el tratado sinalagmático mencionado aquí, además del que les reserva para recompensar el entusiasmo que los animará. ¿Cuántos derechos no obtendrá Su Majestad sobre el reconocimiento de los pueblos industriosos, laboriosos y católicos romanos, que aprovecharán de estas liberalidades? ¡No deben temer estos acontecimientos desastrosos que han padecido los que, atraídos por regiones glaciales o áridas, no han sufrido sino las incomodidades de un largo transporte y la miseria! España tan fértil, contigua con todo el resto de Europa, no ofrece las incomodidades del mar a quien quiera evitarlas y además el trayecto es tan corto, que no merece atención y menos por la seguridad con la cual se llega de todas partes, para recibir en toda propiedad abundancia de tierras, de simientes, de ganado, de herramientas aratorias, alimento para un año y exención de todo impuesto durante diez años (aunque siempre muy módicos) como se justifica en las cláusulas del contrato. Un gobierno equitativo y bienhechor prestará ayuda a todos los jóvenes que quieran casarse según el rito católico; los que quieran casarse antes de su marcha serán los amos, y desde ese momento serán considerados como una familia a quien se concederá los favores completos acordados por Su Majestad.
El expositor prestará una atención más particular en llenar los compromisos con la más exacta fidelidad que debe justificar las bondades y la confianza con las cuales le honra Su Majestad y su Consejo, que no dejarán de hacer la felicidad de los pueblos que vivirán bajo sus leyes y que colma de antemano de favores, por las ventajas que su bondad real les ha designado con el tratado sinalagmático mencionado aquí, además del que les reserva para recompensar el entusiasmo que los animará. ¿Cuántos derechos no obtendrá Su Majestad sobre el reconocimiento de los pueblos industriosos, laboriosos y católicos romanos, que aprovecharán de estas liberalidades? ¡No deben temer estos acontecimientos desastrosos que han padecido los que, atraídos por regiones glaciales o áridas, no han sufrido sino las incomodidades de un largo transporte y la miseria! España tan fértil, contigua con todo el resto de Europa, no ofrece las incomodidades del mar a quien quiera evitarlas y además el trayecto es tan corto, que no merece atención y menos por la seguridad con la cual se llega de todas partes, para recibir en toda propiedad abundancia de tierras, de simientes, de ganado, de herramientas aratorias, alimento para un año y exención de todo impuesto durante diez años (aunque siempre muy módicos) como se justifica en las cláusulas del contrato. Un gobierno equitativo y bienhechor prestará ayuda a todos los jóvenes que quieran casarse según el rito católico; los que quieran casarse antes de su marcha serán los amos, y desde ese momento serán considerados como una familia a quien se concederá los favores completos acordados por Su Majestad.