Colombeia

y orden donde se llame: mientras yo (si V. S. tiene á bien confiarme la acción) con los treinta hombres armados de Sable, y Pistolas, y los Artilleros para clavar los cañones, me dirijo con viveza é intrepidez hacia la citada Batería enemiga para dar el golpe de mano, en esta forma. Hago formar con dicha gente un pequeño Pelotón bien ordenado, precedido de un Cavo, y quatro hombres de valor con el objeto de sorprehendér, y matar las primeras centinelas Enemigas, que se encuentren y arrojándome al mismo tiempo con la demás gente Sable en mano sobre la Batería, (pues de la Pistola solo se devera usar en caso mui urgente por no alarmar los puestos inmediatos) paso la Guardia á Cuchillo; que es regular repose en la vigilancia de sus centinelas; á cuio tiempo los Artilleros con la prontitud posible clava cada uno un cañón según lo haya instruido su Oficial, que vigilará se execute con la mejor exactitud dicha operación: Y dándome luego aviso de estar ya todo concluido, se pone fuego á las cureñas con algún mixto que sea á propósito, y nos retiramos á bordo de nuestras Embarcaciones protexidos de la Infantería, que dejamos formada en batalla para el mismo efecto á la retaguardia; y embarcándose después la mitad
y orden donde se llame, mientras yo (si V. S. tiene a bien confiarme la acción) con los 30 hombres armados de sable y pistola y los artilleros para clavar los cañones, me dirijo con viveza e intrepidez hacia la citada batería enemiga, para dar el golpe de mano en esta forma. Hago formar con dicha gente un pequeño pelotón bien ordenado, precedido de un cabo y cuatro hombres de valor, con el objeto de sorprender y matar las primeras centinelas enemigas que se encuentren y arrojándome al mismo tiempo con la demás gente, sable en mano, sobre la batería (pues de la pistola sólo se deberá usar en caso muy urgente para no alarmar los puestos inmediatos) paso la guardia a cuchillo, que es regular repose en la vigilancia de sus centinelas, a cuyo tiempo los artilleros con la prontitud posible clavan cada uno un cañón, según lo haya instruido su oficial, que vigilará se ejecute con la mayor exactitud dicha operación. Y dándome luego aviso de estar ya todo concluido, se pone fuego a las cureñas, con algún mixto que sea a propósito y nos retiramos a bordo de nuestras embarcaciones, protegidos de la infantería que dejamos formada en batalla para el mismo efecto a la retaguardia. Embarcándose después la mitad