Colombeia

Avila 25 de enero de 1777. Amigo mió: Me alegro que fuera solo la causa de tanto silencio su comisión, su tarea, y sus libros, y no la qe. Mi verdadero cariño recelaba. A la verdad que me tenia V. M. mui quejoso, pues no hallando pr. Mi parte motibo el menor para su letargo, fue preciso apelar a la epidemia universal de ese regimiento, de que jamás crei pudiera V. M. adolecer, y ya me lo iba persuadiendo. También yo acabo de dejar la cama, para responder á V. M. Después de seis meses que he sido el ludibrio de los Médicos por mis continuas quejas, que bautizaban melancolía, y me desbautizaban á mi con el testimonio; me acometió un terrible cólico cerrado (cosecha regularísima del Pais) procedido de obstrucciones, y que se yo que otras cosas; conjuráronme con los exorcismos todos de la medicina, pero al fin logré salir avante, y aunque débil, creo estar ya enteramente bueno. Si el tiempo lo permitiere iré por cierto tiempo a respirar los ayres puros del campo á una Aldea de las inmediaciones; pero si siguiere como hasta aquí, sera imposible mi separación sin exponerme demasiado. Venga lo que Dios quiera. Nada se de nuevo, pues en mi casa y corazón (de que únicamente puedo hablar)
Avila 25 de enero de 1777. Amigo mio: Me alegro que fuera solo la causa de tanto silencio su comisión, su tarea, y sus libros, y no la que mi verdadero cariño recelaba. A la verdad que me tenia V. M. muy quejoso, pues no hallando por mi parte motivo el menor para su letargo, fue preciso apelar a la epidemia universal de ese regimiento, de que jamás crei pudiera V. M. adolecer, y ya me lo iba persuadiendo. También yo acabo de dejar la cama, para responder á V. M. Después de seis meses que he sido el ludibrio de los Médicos por mis continuas quejas, que bautizaban melancolía, y me desbautizaban á mi con el testimonio; me acometió un terrible cólico cerrado (cosecha regularísima del Pais) procedido de obstrucciones, y que se yo que otras cosas; conjuráronme con los exorcismos todos de la medicina, pero al fin logré salir avante, y aunque débil, creo estar ya enteramente bueno. Si el tiempo lo permitiere iré por cierto tiempo a respirar los ayres puros del campo á una Aldea de las inmediaciones; pero si siguiere como hasta aqui, sera imposible mi separación sin exponerme demasiado. Venga lo que Dios quiera. Nada se de nuevo, pues en mi casa y corazón (de que únicamente puedo hablar)