Caracas, 29 de junio de 1812.
Mi general: El coronel Du Caylá está despachado desde el sábado, y aun marchó para La Guayra desde aquel día. Delpech lo ha quedado hoy enteramente y ambos lo han sido en los términos que anuncié á Vd. Anteriormente, y en este caso su retardo no dependerá sino de ellos.
Han llegado de América en calidad de donativo á esta provincia 1,382 barriles de harina y 613 sacos de maíz y anteriormente como Vd. Sabe llegaron 400 barriles del primer artículo; de estos, cien se destinaron á que, con su producto, se hiciese una limosna á los pobres necesitados de aquel puerto, á los que el terremoto había dejado en la miseria, y los 300 se compraron por cuenta del Estado para poder elaborar galletas para remitir al ejército, y su producto igualmense te ha repartido entre los necesitados de esta capital, tomando para su reparto las medidas de que se hiciese con los más miserables. Del maíz que ha llegado ahora ya he destinado la octava parte á distribuir gratuitamente en los pobres de La Guaira, por que es tal la miseria en que se encuentran todos, que es preciso ver á esta gente infeliz para creer en el estado en que se encuentra este pueblo. El resto del maíz lo he mandado conducir á esta capital y pienso hacer la misma distribución en los diversos cantones de ella, pues siendo el objeto de aquel gobierno el socorro de los que padecieron en el acontecimiento del 26, parece de justicia hacerles este beneficio. La harina la he tomado toda por cuenta del Estado para la provisión de galletas del ejército, pan de los hospitales y alguna también para el abasto de este vecindario y creo que su producto debe tener igual destino.
Soy como siempre de Vd. Afectísimo amigo:
De León.