Julio 10, once de la mañana.
En este momento acaba de presentárseme el ciudadano Juan Echezuría que regresa de ese pueblo de verse personalmente con Vd. Y después de haberme manifestado su pasaporte, por el que se previene le emplee en servicios de la patria, me ha insinuado que Vd. Ordenaba le informase sobre los motivos que en mi opinión hayan causado el procedimiento general contra los europeos y cuál es mi sentir sobre esta materia. Lo verifico con la imparcialidad y buena fe que me es propia. No me contraigo á hacer la defensa de ninguno en particular. Más diré, mi general: uso en este papel del lenguaje y de los conceptos que he oído á los hijos del país sensatos y juiciosos, y que tienen el mayor interés por el gobierno, mereciendo al mismo tiempo toda la confianza de Vd.
Creí en los primeros movimientos que los causaría alguna de aquellas flaquezas á que esta sujeta la debilidad del hombre. Esperaba que por la actuación de un proceso fuese la sociedad haciéndose capaz de la justicia de esta medida; pero á sus arrestos han sido consecuentes prisiones de grillos y cadenas, y se sabe positivamente que no hay proceso alguno, verdad que lo acredita también la excarcelación y libertad de uno que otro, según la influencia de los que han intercedido é impuestos sus respetos.
No comprendo á qué objeto terminen esas providencias, porque si ellas nacen de una desconfianza universal, no entiendo cómo es que pueden amar y decidirse por el sistema por virtud de demostraciones tan severas y duras. Si ellas las dicta el convencimiento de que jamás puedan ser útiles á la causa, el medio más decoroso al gobierno sería el arrojarles del lugar, y no usar de los que sin discernimiento ni discreción causan el descrédito y tal vez de Vd. Que manda en jefe y cuyos sentimientos bien distintos me son muy conocidos. Si en fin se proponen sacar partidos ventajosos de estos hombres y que sean útiles y beneficiosos al país. Vd. Comprenderá mejor que yo, que no son estos los arbitrios que pueden producir estos efectos. Hablo lo que siento, uno de los motivos porque más impresión me han hecho semejantes procedimientos es porque se han frustrado los designios que tenía de acrecentar el erario y ocurrir a los graves gastos del día, contando con los recursos y auxilios que estos individuos pudieran franquearme, y cautivando su voluntad para obrar de un modo eficaz y el más fructuoso. ¡Pero cuál será mi irresolución y la admiración de Vd. Cuando de los arrestos no se han eximido ni los europeos más patriotas, ni los que se han batido en defensa de nuestras armas, ni los que por sus conexiones en el país, teniendo sus hijos empleados en el gobierno, y comprometidos altamente en la causa, parece que llevaban el sello de la protección y del aprecio y no el de la persecución! Así pues ha sucedido y yo no sé qué consecuencias pueda traer esto.
Este es el informe que puedo hacer ajustado a la verdad. Toca al talento y luces de Vd. Resolver lo que crea más útil y conveniente.
Dios guarde á Vd. Muchos años.
A. F. de León.