Caracas, 2 de mayo de 1812.
Mi general: Aprovecho este momento en que parte Montilla para decir á Vd. Que a pesar de la actividad y energía que dejó Vd. Comunicada á este gobierno, sólo Carabaño obra según nuestras miras, y Talavera que con el P. E. no quiere sino cumplir exactamente sus órdenes, los demás son un yelo, y no es capaz de marchar la maquina con la celeridad que queremos. Actualmente estoy embarazado en arreglar las postas y no lo puedo como quisiera. Déle Vd. Impulso á esto del modo que pueda; pues apenas salió Vd., creo que todos se consideran en una tranquilidad perfecta. Sobre todo los dos colegas de Talavera no sirven para nada. Vd. Obrará con su prudencia y sabiduría acostumbradas.
Después haré a Vd. Como prometemos.
Su apasionado:
Vicente Salías.