Documentos 1811-1816

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Caracas, 25 de junio de 1812. Mi amado general: Como es importantísimo que el ejército se provea de hombres que defiendan la patria, lo es también que se tengan iodos los recursos necesarios para llenar tantas atenciones como se presentan, y yo que estoy tocando á un tiempo estos objetivos, voy á informar á Vd. Exactamente de lo que me parece sobre el particular, y que es de la más grande importancia en estos momentos. Casas, y José Félix Ribas, son exactísimos por su actividad de remitir tropa al ejército, y después de la publicación de la ley marcial, á nadie perdonan, obran con bastante severidad en el particular; no obstante se presenta un inconveniente, que me parece urgentísimo noticiar á Vd. Para que tome una providencia que concilie la necesidad de la defensa y la que tenemos de otras atenciones. Hay hombres que sirven para una cosa, y otros para otra. Casas ha enviado de La Guayra á casi toda la municipalidad, á Eduardo, á Jove, y aun á Patrullo teme que lo manden al ejército. Estos hombres, otros comerciantes y particularmente Patrullo, son los que en las varias comisiones que Vd. Ha dado á copiar frutos, los facilitan, y facilitan un manejo tan intrincado y difícil en las circunstancias actuales de escasez de frutos, de metálico y de todo. ¿Qué haremos sin comerciantes y sin agricultores y con solo papel-moneda? Veo casi paralizadas las más activas providencias del director que no descansa un solo momento, y me parece esto de tan gran importancia que despacho un propio solamente á darle á Vd. Este aviso para que sabiamente como acostumbra Vd. Tome una providencia conciliatoria de estos extremos que veo y toco de cerca, porque me intereso en ambas cosas. Se ha de despachar á Robertson, á Du Caylá, se han de pagar todas las contratas y se han de acopiar para el efecto frutos bastantes que no podrán reunirse si todo el comercio de aquí y La Guaira va al ejército. Vea Vd. De providenciar prontamente, mi amado general. A mi me parece que Vd. Diga á ambos comandantes que no pierdan de vista los objetos que yo indico, al cumplir los de su comisión. Estamos reducidos al papel-moneda, pues ni frutos entran por el temor que todos tienen. Yo veo lo intrincado y difícil de esta materia y así no puedo menos que participarlo á Vd. Para que prontamente salve los inconvenientes que veo se presentan, y con sus luces lo remedie todo. Quedo como siempre de Vd. Su más sincero amigo. Salud, mi general, para el bien de la patria. V. Salías.