Ocumare, 19 de julio de 1812.
Mi general: En medio de una multitud de ocurrencias todas de primer orden y de una absoluta incertidumbre de cuanto debía saber, creo no podré hacer nada que sea acertado y antes bien podría llegar el caso de contrariar las medidas más precisas, creyendo hacer lo que debo.
Nada sé del cuartel general, nada de la capital y nada de todos aquellos datos absolutamente necesarios para combinar con acierto, al paso que por todas partes se presenta un estado de cosas que á cada paso exige nuevas determinaciones.
Se dice que Barcelona se ha conspirado contra el sistema, y es un hecho positivo el que Villapol ha tenido que retroceder sobre el Pao por las infidencias de algunos pueblos, de modo que no podemos contar tan pronto con las fuerzas para obrar en el llano.
El asunto de Barlovento creo que progresa en términos que dudo pueda concluirlo la corta fuerza de cincuenta hombres que Vd. Me previno remitiese con ese objeto, y sólo creo que sería aumentar con ellos las fuerzas enemigas por aquella parte.
Se dice que el enemigo ocupa á San Casimiro con algunas fuerzas y quizás en dirección á estos valles.
Oigo decir unas cosas de la capital que tienen el prospecto más horrible para los amantes de la libertad, en lo que creo hará el principal papel el arzobispo y sus certarios.
Todo esto no me sugiere otra medida por ahora que mantener todas mis fuerzas en un solo punto, y mandar cerca de Vd. Al ayudante C. Bernardo Castillo para que más extensamente detalle todo, y me traiga una resolución que pueda guiarme ahora y en lo sucesivo, pues en todo esto lo que más me desespera es la absoluta ignorancia de noticias y operaciones del cuartel general.
Yo no puedo consiliar medidas pacíficas, cuando creo que nuestras fuerzas son superiores á las del enemigo.
En fin, rni general, espero una decisión general para resolver,
Desea á Vd. Felicidad su subdito:
F. Carabaño.
P. D.— Se me ha dicho que Vd. Pasa á Caracas; no deduzco de esto ninguna consecuencia favorable, y sólo tendrá por objeto quitar del frente de las tropas el hombre capaz de mandarlas é infundir respeto al enemigo.
Las últimas noticias, que tengo de Barlovento, las tengo por Azcanio y el Teniente de Santa Teresa, que vino aquí al efecto, teniendo el primero á mi lado porque puede serme útil por su conocimientos prácticos y demás.
Carabaño.