Mi amado generalísimo: Acabo de ver una proclama del jefe francés á los franceses, hecha por Delpech y he dicho que se imprima en ambos idiomas; tiempo es de manifestar á los equivocados, cuál es el virtuoso: hasta digo: Procure Vd., si es posible, emplear á Delpech de su ayudante ó en otra cosa para que Vd. le considere capaz. El hombre político es el que sabiamente se aprovecha de todos los hombres según aquello para lo que sirven: la naturaleza obra de tal modo que no hay hombre que deje de servir para algo; y el sabio es el que hace amigos á sus enemigos. Logre Vd. El entusiasmo general que está á favor de Vd. Y la esperanza que todos tienen en el general Miranda: el general Miranda debe dejar á la posteridad un ejemplo de su virtud para su gloria eterna; y un desinterés para confusión y vergüenza de sus enemigos. Además debe desempeñar la confianza de sus amigos. ¿Podrá el general Miranda dudar que lo es suyo Miguel Sanz? Si lo dudase, moriría de pesar el mismo.
SANZ.