Caracas, 31 marzo de 1812.
Mi querido coronel: Recibí su misiva por Gleu acusándome recibo de mi carta y diciéndome no tener tiempo para contestarla, etc.
El gobierno aquí ha rehusado aceptar mis servicios en los términos que he propuesto y había escrito proponiendo que se me diese una suma como subsistencia que me permitiese ir inmediatamente con una carta para el doctor Roscio explicando los motivos que tenía para hacer las dos súplicas. Unos días después, me informo el doctor en una carta muy fina, que un caballero por quién el gobierno tenía alto aprecia me había nombrado en términos honrosos y que la carta de negativa que me había sido dirigida por el señor Ayala no era el sentir del Ejecutivo y que si me presentaba al Ejecutivo para un rango superior, todo lo necesario seguiría inmediatamente.
Así está mi negocio con el Ejecutivo; los días de fiestas, las noticias de Santa Fe y la invasión de los corianos hacia las líneas ocupadas por los caraqueños han impedido su determinación en mi negocio. Cuando tenga lugar una determinación final sobre el particular, oirá Vd. De mí por primera oportunidad.
El nuevo Ejecutivo, Francisco Espejo, Fernando Toro y Ustariz acaba de entrar en su oficio. Mañana les presentará sus respetos Sir Gregor Mac-Gregor.
Se le ha informado hoy, que las condiciones bajo las cuales está listo á recibirle el presente Ejecutivo, son que asistan los miembros del nuevo.
Entiendo que le darán el mando de un cuerpo de tropas del Estado, que estará exclusivamente á la disposición del Ejecutivo, mantenido á costa del gobierno federal y no individualmente por ninguna provincia. Se les podrá llamar tropas nacionales.
Le doy las gracias por el interés que ha tomado á favor mío; siento oir que no hay probabilidades de que Vd. Visite este puerto.
Su atento servidor:
F. G. Cassin.