Curazao, 8 de julio de 1812.
Mi venerado y respetable general:
Hoy acaba de llegar el paquete de Londres, que se ha demorado muchos días por el mal tiempo; no se me ha presentado otra embarcación hasta ahora; mañana seguiré mi marcha á la Jamaica, en donde procuraré estar muy pocos días.
Aquí no hay novedades que sean, por su importancia, dignas de ser comunicadas; á excepción de la venida de Iztueta de Puerto Cabello, después de haberse apoderado de los dos castillos, ayudado de los prisioneros de guerra y de la perfidia de los traidores Garcés y Fernández, á quienes sedujo por el vil precio de quinientos pesos. Hoy vuelve con víveres, pues no tenían sino para ocho días; y si el Zeloso hace su deber, puede ser que se recobren los castillos.
Ya he dicho otra vez á V. E. el mal que nos hacen los españoles de Curazao: repito que no se les debe dar entrada en nuestros puertos para impedir sus planes diabólicos, y que sólo dos, de quienes podía informar á V. E. el coronel Robertson, se producen con moderación; á lo menos no conozco otro que piense bien.
Aquí hay franceses que irían á ese país á batirse por la independencia, si se les costease el pasaje á San Thomas, pues aquí no les da el gobierno pasaporte para nuestros puertos.
Nada más ocurre sino ofrecer á V. E. mis respetos, como su seguro servidor
Q. B. S. M.
José María Salazar.