Puerto Cabello, 10 de mayo de 1812.
Mi amado compatriota: El alto concepto que Vd. Hace de mi, me ha movido á recomendarle al ciudadano Francisco Arrillaga, dador de esta, para que se sirva darle colocación en el ejército de su mando, pues desea ser uno de los defensores de nuestra amada patria en los peligros que la rodean. Este joven es un verdadero demócrata: ama nuestro sistema y es un americano de valor, talento y capacidad suficiente para aprender el arte de la guerra; y yo, aunque no conozco este arte, no dejo de saber cuál puede aprenderlo.
Dispénseme esta confianza» propia de un hombre que lo ama de veras y que se interesa por toda la especie americana, y entre tanto queda su muy atento y seguro servidor
Q. B. S. M.
Domingo de Taborda.