Documentos 1811-1816

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Los enemigos de nuestra libertad que no admiten medio alguno de reducirnos á nuestra antigua servidumbre, aprovechándose de la consternación en que quedaron los pueblos de occidente con el pasado terremoto, se han apoderado de muchos de ellos persuadiéndolos que esto era un castigo del cielo por haber proclamado su independencia, al mismo tiempo que ellos despreciaban estas amenazas del cielo violando en las calles públicas á las mujeres y saqueando todo el pueblo» poniendo por último en consternación á todos los dueños de hato de su inmediación so pena de muerte. Estos sucesos atroces, indignos y desconocidos en cualquier otra nación, que en la que nos hace la guerra, han hecho una sensación tan viva en los espíritus de nuestros compatriotas que cada uno ha jurado sobre su espada no envainarla hasta no dejarlos vengados; ocho mil hombres han salido de Caracas y sus inmediaciones con este objeto, y á hacer conocer al tirano que es un pueblo libre que pelea por su libertad y mucho más cuando quien lo ataca es un enemigo tan miserable como 600 hombres presidiarios de Puerto Rico á quienes los tiranos han dado la libertad porque nos incomoden, y que robando en nuestros pueblos se mantengan, pues en aquel ya no hay para su precisa guarnición. Más nuestro gobierno que vela incesantemente por la seguridad de todos no ha olvidado los Llanos del sur como una preciosa parte de su territorio y me manda para que formando un cuerpo de caballería de dos mil hombres, me dedique á su defensa para asegurarles sus personas y propiedad. En consecuencia dispondrá Vd. Que se reúnan todos los hombres útiles que haya en este pueblo, formándose una lista de ellos sin excepción de clases para ponerlos á caballo y que reunidos en un solo punto puedan dedicarse á su misma defensa, quedando yo en avisar á Vd. El día en que deben reunirse y marchar. Es de absoluta necesidad que se reúnan en un solo punto y que de allí atiendan á la defensa de su territorio que es lo que se les invoca, pues importaría muy poco que se reunieran en cada uno de sus pueblos, aunque fuesen en crecido número; si en este caso podrían quizá nuestros enemigos en uno corto entrar en ellos aunque sólo con la intención de robar y volverse, lo que es imposible suceda reunidos. Ultimamente yo espero que Vd. Hará entender á estos habitantes su interés en su defensa, que me glorio en haver sido destinado á sostenerla, que espero concurrirán todos á este santo objeto, y que si alguna vez intentan (aunque no lo creo) atacarnos nuestros injustos enemigos haciéndoles experimentar lo que amamos nuestra patria y defensa, también les haremos ver que los Llanos del sur tienen hombres y que nunca-nunca, podrán volverles á las cadenas; porque conocen ya sus derechos y están resueltos á hacerlos respetar y sostener. Dios os guarde muchos años. Francisco Toro. Conciudadano Comandante Militar y político.