La Guaira, 2 de julio de 1812.
Mi general:
Al fin me encuentro despachado desde ayer y me embarco hoy; ya había hecho llevar á bordo de la goleta fletada para mi traslación á San Thomas, mis efectos y el dinero; pero después el aviso que me han dado de que hay infinidad de corsarios portorriqueños á barlovento y sotavento de las Colonias, me ha hecho rogar al capitán de la fragata inglesa que ha llegado ayer aquí, y en la que voy á partir dentro de una hora, que me diese pasaje para San Thomas y se encargase de transportar el dinero; dicho señor ha accedido á mi petición sin otra condición que la de que pase por un simple particular.
Creo que V. E. no llevará á mal el que haya encontrado un medio de llenar de un modo seguro la misión de que se ha dignado encargarme.
Acabo de saber que vuestras armas han conseguido un nuevo triunfo sobre el enemigo antes de ayer y que el fruto de esta última victoria son 100 prisioneros con sus municiones. Siento en el alma no haber estado ahí para contribuir con mis hermanos de armas al nuevo triunfo, y de no poder, durante todo el tiempo que dure mi viaje, más que hacer votos por vuestras victorias, por las que nadie se interesa tan vivamente como el que tiene el honor de ser con el mayor respecto de V. E. affmo. S. S. subordinado:
J. Du Caylá.