Documentos 1811-1816

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Caracas, mayo 17 de 1812. Mi amado general: Todos esperan las resultas de la conferencia y son varios los juicios que se forman. La venida de los oficiales Mendoza, Salcedo y otros también ha llamado la atención, y dado motivo á reflexiones todas favorables al proceder de Vd. en la separación de hombres que pueden ser sospechosos ó disgustar á nuestras tropas. La defección de Pons ha irritado mucho los ánimos, y el pueblo está desconfiado más que nunca de los españoles. Este Pons siempre fué un picaruelo, ciego adulador de los errores de Ayala. Lo que ha llamado más que nada la atención popular es la pasada que se dice aquí del fraile Hernández. Algunos han llegado á sospechar que este paso es artificioso y que Vd. le ha hecho pasar al enemigo para espía. A la verdad divierten las conjeturas; pero algunas son demasiado tristes. Son muchos nuestros enemigos internos y muchos nos hacen la guerra esparciendo noticias funestas. Para remediar estos males, creamos un juez de policía; pero Picornel, en quien recayó el nombramiento poco hace. En las circunstancias actuales es indispensable un dictador: ya lo dije en la conferencia del otro día con el Poder ejecutivo, pero las personalidades aun obran, y es que no conciben su peligro é están de acuerdo con los enemigos. Sin embargo ya no se atreven á hablar y sólo intrigan sordamente. Hemos acordado dos cosas en estos días: una es permitir que se introduzca el oro y la plata libres de derechos y que los frutos que se extraigan comprados con moneda introducida, aunque sea plata ú oro, paguen un moderado derecho. Otra es convidar á los extranjeros que introduzcan doce mil fusiles, dentro de ocho meses: por precio de 30 pesos los primeros 4,000; los segundos 25, y los terceros 20. Ya se están haciendo especulaciones para la introducción. Esta es libre de derechos. . . Hacemos, amigo mío, lo que se puede. Entregará ésta el ciudadano Vicente León, capitán del escuadrón de caballería de Río Chico, que a pesar de su edad de 64 años marcha al ejército. Es excelente patriota: hacendado de mucho crédito, pero criado siempre en el campo apenas articula. Es antiguo amigo mío y se lo recomiendo. Soy siempre suyo. M. J. Sanz.