Caracas, 13 de junio de 1812.
Mi general: Respondiendo á la de Vd. Sobre la traslación de las alhajas de oro y plata al cuartel general, habiéndose desvanecido ya los temores de invasión por Ocumare ha juzgado Sanz, con quien he tratado esta materia, que siendo este asunto bastante delicado, no es conveniente tomar por ahora resolución alguna. Ya el gobierno había determinado que se trasladasen á la Victoria esos objetos como todos los demás establecimientos en caso de riesgo y yo sin esta determinación hubiera asegurado cuanto hubiera podido.
Sobre el asunto que Vd. Me encarga de Delpech he hablado con Sanz y Carabaño. Estoy tratando de llevarlo á efecto á la mayor brevedad no obstante que me parece que tendrá que hacer á Vd. Algunas observaciones que le transmitiré inmediatamente en atención a lo que concluyamos, particularmente sobre quedarnos sin el bergantín Zeloso.
Ayer ha llegado aquí preso de su hacienda don Gonzalo Orea. Este hombre es un anciano que ha venido buscando un asilo á esta provincia en donde le quedaba por resto de su fortuna una hacienda de caña en donde se ha metido sin que de palabra ni de hecho se le haya notado nada contra el sistema. Si acaso le han hecho á Vd. Algún informe contra él, espero que suspenda Vd. El juicio y la orden de su prisión si no es que hay algún hecho que lo califique criminal, no dudando por el conocimiento que tengo de su conducta de responder por él, pues su situación me compadece.
Es preciso que se establezca un régimen de prudente economía en los gastos del ejército.
Es de Vd. Su afectísimo amigo
Q. B. S. M.
A. P. de León.
P. D.— He escrito a la Guayra en solicitud de otro buque para que nos desprendamos del Zeloso, no obstante que Delpech manifiesta empeño en llevarle; en el último caso no se diferirá su salida é irá en él. He entendido que debe estar en el puerto de La Guayra ó en alguna expedición próxima á él.