Colombeia

Director, y fundador que fue de la Academia de Pintura de esta Corte). Quatro que están comiendo un requesón, uno que lo tiene, otro que con una cuchara ha tomado una cucharada, y lo esta mascando, otro que esta con otra cuchara metiéndolo a la boca, y una muger que mirando al que lo tiene como mofándose de los que están comiendo, se rie tan natural, y graciosamente, que provoca a risa a quantos le miran: La ciudad de Mesina figurada en una hermosa Dama que huiendo de Francia desvalida ocurre a España que le da la mano, y le socorre: Un Perro que esta comiendo una cabeza de Baca, y se previene contra otro Pe­rro que viene como a quitársela: Un León que esta pillado en una red que de proposito se puso para cojerle demostrando el maior enardecimiento: dos Perritos de Falda que estan en un Quadro pequeño sobre una Pta y del mismo modo otro que figura un racimo de ubas, y unas granadas a la perfección: Un Otro en que esta una Zorra comiéndose una liebre y una Gata que esta inmediata baxo de un Árbol parida se sube inmediatamente al Árbol en acción de auyentar con sus fieros a la zorra para livertar a los hijillos que saltando por devajo del Árbol, también pretenden subir como la Madre. Una Gallina que tiene sus pollitos, y estos están jugando unos con otros: Una campaña en tiempo de Invierno, y unos muchachos que juegan a Pelotazos de Nieve: Dos Gallos Peleando: y una Ave de Rapiña que roba un Gallo: El Castigo de los Jigantes por Júpiter: y muchísimas otras pinturas excelentísimas, sobre todo de Frutería, cuia maior parte son de Velazques.

               Entre los retratos de Reyes de España y grandes hombres están el de el gran Capitán, el de el hijo de Felipe 2o que se presume murió de Beneno, y la de Velasquillo aquel celebre bufón de Felipe 2o bestido de Calzón, chupa, y golilla con un Molinillo de Papel de estos con que suelen jugar los muchachos, en una mano, y en la otra, una Pinturilla con una silletilla sin Espaldar al lado, en acción de risa, y las Piernas algo inclinadas hacia dentro.

               Todas estas excelentísimas Pinturas, y todas las otras que contiene dho Palacio, sin embargo (como me dijo el veedor) están puestas en el Imbentario, y abaluadas con sus precios; Pero lo que no lo tiene ni ha havido Artífice que la Tase, es la Batalla de Constantino, y Majencio que dibujó Rafael de Urbino con lápiz en un papel, y se conserba bajo de un excelente cristal con muchísimo cuidado; fue tanto lo que admiró, y agradó a Felipe quinto esta pintura quando la vio la primera bez qe bino a España, que quando salió huiendo de Madrid por el Archiduque en medio de sus cuidados se acordó, y embió un destacamento de Tropas para que la tomasen del Palacio, y se la llevaran, lo que efectivamte efectuaron rompiendo el Cristal, y arrollada se la pusieron a la Faltriquera, cuias arrugas aun se conocen un poco en el Papel, y se dice que quando la recivio tubo un notable gusto por que era sujeto

que fue fundador y director de la Academia de pintura de esta Corte. Cuatro que están comiendo un requesón,  uno que lo tiene, otro que con una cuchara ha tomado una cucharada, y lo esta mascando, otro que esta con otra cuchara metiéndolo a la boca, y una mujer, que mirando a quien lo tiene, como mofándose de quienes lo están comiendo, se ríe tan natural y graciosamente, que provoca a risa a cuantos lo miran. La ciudad de Mesina, figurada en una hermosa dama que huyendo de Francia, desvalida, ocurre a España que le da la mano y la socorre. Un perro que está comiendo una cabeza de vaca y se previene contra otro perro que viene como a quitársela. Un león que está pillado en una red, que de propósito se puso para cogerle, demostrando el mayor enardecimiento. Dos perritos de falda que están en un cuadro pequeño sobre una puerta, y del mismo modo, otro que figura un racimo de uvas y unas granadas a la perfección. Otro, en que está una zorra comiéndose una liebre, y una gata que está inmediata bajo un árbol, parida, se sube inmediatamente al árbol en acción de ahuyentar, con sus fieros, a la zorra, para libertar a los hijillos que, saltando por debajo del árbol, también pretenden subir como la madre. Una gallina que tiene sus pollitos, y éstos están jugando unos con otros. Una campiña en tiempo de invierno, y unos muchachos que juegan a pelotazos de nieve. Dos gallos peleando, y un ave de rapiña que roba un gallo. El castigo de los gigantes por Júpiter, y muchísimas otras pinturas excelentísimas, sobre todo de Frutería, cuya mayor parte son de Velázquez.

               Entre los retratos de Reyes de España y grandes hombres, están el del Gran Capitán, el del hijo de Felipe II que se presume murió de veneno, y el de Velazquillo, aquel célebre bufón de Felipe II, vestido de calzón, chupa y golilla con un molinillo de papel de estos con que suelen jugar los muchachos, en una mano, y en la otra, una pinturilla con una silletilla sin espaldar al lado, en acción de risa, y las piernas algo inclinadas hacia adentro.

               Todas esas excelentísimas pinturas, y todas las otras que contiene dicho Palacio, sin embargo (como me dijo el veedor), están puestas en inventario, y avaluadas con sus precios. Pero la que no lo tiene, ni ha habido artífice que la tase, es la batalla de Constantino y Majencio, que dibujó Rafael de Urbino con lápiz en un papel, y se conserva bajo de un excelente cristal con muchísimo cuidado. Fue tanto lo que admiró y agradó a Felipe Quinto esta pintura, cuando la vio la primera vez que vino a España, que cuando salió huyendo de Madrid por el Archiduque, en medio de sus cuidados, se acordó y envió un destacamento de tropa para que la tomasen del Palacio y se la llevaran, lo que efectivamente efectuaron rompiendo el cristal, y arrollada se la pusieron en la faltriquera, cuyas arrugas aún se conocen un poco en el papel, y se dice que cuando la recibió, tuvo un notable gusto, porque era sujeto