Colombeia

que aquel tiene fuerza se corta el otro.

          Una Hazda paraque esté bien cuidada con un Mayordomo, no ha de pasar de 40 Ø árboles de Cacáo, porque teniendo más, no se puede manejar con un solo Mayordomo, y poniendo dos, no es conveniente por las quimeras que entre ellos suele haver, y así el que tiene fuerza puede fundar de 40 en 40 Ø con sus divisiones, assí por lo que toca a Mayordomos, como en los Esclavos, como también porque las casas y repartimtos donde hán de habitar los tales Mayordomos y Esclavos, se há de hacer en equilibrio, que no esté ni al fin ni principio de las Hazdas, sino en parte proporcionada; de que quede sí al medio de la Hazda, no dentro [de] la arboleda, sino fuera de ella, en territorio alto que la supedite para la unidad de los Esclavos, y no impedir a la fundación de la arboleda, para que de este modo, con menos trabajo y menos caminata, puedan conducir el fruto que se coge, al patio de las casas para secarlo, haviendolo tenido antes tres días en un cuarto para que largue la baba que saca de la mazorca el grano, y allí se deja, y luego se pone al Sol, hasta que se seca, preservándolo en este tiempo de agua, porque si se moja se echa à perder; y así, cuando se vé que viene agua, se recoge, y se guarda hasta el otro día.

         A los diez años, ya es arboleda legítimamente frutal, no obstante de que à los cinco años empieza

que aquel tiene fuerza se corta el otro.

          Una Hacienda para que esté bien cuidada con un Mayordomo, no ha de pasar de 40 mil árboles de Cacao, porque teniendo más, no se puede manejar con un solo Mayordomo, y poniendo dos, no es conveniente por las quimeras que entre ellos suele haber; y así, el que tiene fuerza puede fundar de 40 en 40 mil con sus divisiones, así por lo que toca a Mayordomos, como en los Esclavos; como también porque las casas y repartimientos donde han de habitar los tales Mayordomos y Esclavos, se ha de hacer en equilibrio, que no esté ni al fin ni al principio de las Haciendas, sino en parte proporcionada; de que quede sí al medio de la Hacienda, no dentro de la arboleda, sino fuera de ella, en territorio alto que la supedite para la unidad de los Esclavos, y no impedir a la fundación de la arboleda, para que de este modo, con menos trabajo y menos caminata, puedan conducir el fruto que cogen al patio de las casas para secarlo; habiéndolo tenido antes tres días en un cuarto para que largue la baba que saca de la mazorca el grano; y allí se deja, y luego se pone al sol hasta que se seca; preservándolo en este tiempo de agua, porque si se moja se echa a perder, y así, cuando se ve que viene agua, se recoge y se guarda hasta el otro día.

         A los diez años, ya es arboleda legítimamente frutal, no obstante de que a los cinco años empieza