Colombeia

ventajosos a la Real Hacienda si me hubiese valido de él, a que nadie se movió por verme tan separado; y que, en fin sólo fui [cotejar]tisimo, y prompto, en la entrega de cuanto dependió de mi ma[cotejar] sin practicar diligencia alguna a favor de Su Majestad solicitando [cotejar]mente mis propias comodidades, y el aumento de mis intereses, con-cluyendo con argüirme incurso, en lo mismo que a él se le [cotejar]ca. Creo firmemente que Vuestra Excelencia me hará la justicia de abomi[cotejar] la injuria atroz que me hace, titulándome denunciador por [cotejar]esta una impostura ofensiva de los respetos que me autorizan o[cotejar] Ministerio, y muy ajena del concepto con que deben graduar los procedimientos de un Ministro, conducidos de su prop[cotejar] [cote-jar]delidad, y obligación, para hacer presente a Su Majestad en iguales circunstancias cuanto puede contribuir a su mejor servicio. Sobre la emulación que me atribuye, por haber dado cuenta a Su Majestad en mi citada carta, protesto a Vuestra Excelencia que no [cotejar] otro estímulo que el horror que me causaba el empeño, pub[cotejar] solicitud, y extraordinaria agencia del enunciado Pe-ña[cotejar] en todo lo que había de ceder a beneficio de los Ingleses, con perjuicio del Rey y de este vecindario, y que no obstante de que por esto [cotejar] deseo de que Su Majestad corrigiese semejante manejo, para escarmiento de otros en lo sucesivo, me considere en obligación de estreo[cotejar] ejecutarlo por mano de Vuestra Excelencia con todo lo dude mucho, hasta h[cotejar] asegurado con el dictamen de Teólogos, y Juristas que de lo [cote-jar]rio debía formar gravísimo escrúpulo. En cuanto a las demás sindicaciones que hace [cotejar] conducta, relativa al tiempo de aquella dominación, omito [cotejar] hacer por menor a Vuestra Excelencia, mediante a tener expuesto a[cotejar]
ventajosos a la Real Hacienda si me hubiese valido de él, a que nadie se movió por verme tan separado. Y que, en fin, sólo fui exactísimo y pronto en la entrega de cuanto dependió de mi mano, sin practicar diligencia alguna a favor de Su Majestad solicitando solamente mis propias comodidades y el aumento de mis intereses, concluyendo con argüirme incurso, en lo mismo que a él se le indica. Creo firmemente que Vuestra Excelencia me hará la justicia de abominar la injuria atroz que me hace, titulándome denunciador por ser esta una impostura ofensiva de los respetos que me autorizan en este Ministerio, y muy ajena del concepto con que deben graduarse los procedimientos de un Ministro, conducidos de su propia []delidad, y obligación, para hacer presente a Su Majestad en iguales circunstancias cuanto puede contribuir a su mejor servicio. Sobre la emulación que me atribuye, por haber dado cuenta a Su Majestad en mi citada carta, protesto a Vuestra Excelencia que no tiene otro estímulo que el horror que me causaba el empeño público, solicitud y extraordinaria agencia del enunciado Peñalber en todo lo que había de ceder a beneficio de los Ingleses, con perjuicio del Rey y de este vecindario, y que no obstante de que por esto y con deseo de que Su Majestad corrigiese semejante manejo, para escarmiento de otros en lo sucesivo, me considere en obligación estrecha de ejecutarlo por mano de Vuestra Excelencia con todo lo dude mucho, hasta haber asegurado con el dictamen de Teólogos y Juristas que de lo contrario debía formar gravísimo escrúpulo. En cuanto a las demás sindicaciones que hace de mi conducta, relativa al tiempo de aquella dominación, omito satisfacer por menor a Vuestra Excelencia, mediante a tener expuesto a Vuestra Excelencia