Colombeia

en confianza todas estas cosas, para que combinando todo, forme un justo concepto de ellas. Nada mas me ha buelto á hablar dho. general sobre V., ni sobre Providencia, sin embargo de que me le presento á menudo con el proprio intento… y para que nunca se me atribuía la menor omisión en el particular, mañana pienso hir y manifestarle los sugetos que V. apuntó, para que se recomendasen á la Corte en caso de que formara propuesta; porque corren voces, que se embian los Papeles conforme vinieron, y asi no vá propuesta alguna: á que se añade, que todas las apariencias son fatales. El secretario P.z, que es el Termómetro de mis observaciones, y fue mi antiguo amigo, ia se separa de mi, y como que me huie; vea V. ahora que resultado podrá salir de esta observación! En fin, Señor, io en honor, y por obligación debo decir á U., que aqui lo que hai es un cumulo de desafectos, que infaliblemte. conspiran á denigrar sus acciones de V. y su honor; y arruinarme á mi: solo Rivera ha estado siempre por V. de quantos he visto, ó adquirido noticias. Hasta hai quien afirma que Provid ha valido 500 mil pesos a V. y á mi. Con todos estos antecedentes, y aguardando por instantes el que me metan en un Calabozo, no me he atrevido á proponer bolverme á la Havana como V. me dixo.—ya puede U. considerar, que esto nunca puede ser en mi, por falta de voluntad, pues soi consecuente y agradecido: la suerte, y mi desgracia me persiguen duramente,
en confianza todas estas cosas, para que combinando todo, forme un justo concepto de ellas. Nada más me ha vuelto a hablar dicho general sobre V. ni sobre Providencia, sin embargo de que me le presento a menudo con el propio intento... y para que nunca se me atribuya la menor omisión en el particular, mañana pienso ir y manifestarle los sujetos que V. apuntó, para que se recomendasen a la Corte en caso de que formara propuesta, porque corren voces que se envían los papeles conforme vinieron, y así no va propuesta alguna; a que se añade, que todas las apariencias son fatales. El secretario P… z, que es el termómetro de mis observaciones y fue mi antiguo amigo, ya se separa de mí y como que me huye; vea V. ahora ¡qué resultado podrá salir de esta observación! En fin señor, yo en honor y por obligación, debo decir a V. que aquí lo que hay es un cúmulo de desafectos, que infaliblemente conspiran a denigrar sus acciones de V. y su honor y arruinarme a mí. Solo Rivera ha estado siempre por V., de cuantos he visto o adquirido noticias. Hasta hay quien afirma que Providencia ha valido 500 mil pesos a V. y a mí. Con todos estos antecedentes, y aguardando por instantes el que me metan en un calabozo, no me he atrevido a proponer volverme a La Habana como V. me dijo. Ya puede V. considerar que esto nunca puede ser en mí, por falta de voluntad, pues soy consecuente y agradecido; la suerte y mi desgracia me persiguen duramente