la Colonie parce qu'on pouvait m'y jouer quelque mauvaise tour. II ne cesse depuis de me témoigner mille bontés stériles, mais je ne puis obtenir justice de ce juge inique. Cependant ma détention me coute plus de cent portugaises de livres perdus et emportés dans le convoi, ma maison a eté au pillage, on m'a volé neuf mille livres en argent toutes mes hardes, il est vrai que depuis quelques tems, on ne parle ici que de vols commis, de factures, &c., &c. mais cela ne me consolé point. J'ai eté fort surpris d'aprendre que M. Rodrigues avait dit par toute la ville que je lui devais trente portugaises, il voulait sans doute parler de la somme que vous m'avez confiée, mais il n'avait pas de pouvoir pour l'exiger, s'il en eut eu je vendait dans la minutte mon negre et vous etiez satisfait. Je ne sais point abuser de la.confiance de persone, il serait a souhaiter que ce Colonel pensa come nioi. Malgré que ma fortune ne consiste plus qu' en cent cinquante portugaises y compris une creance de cinquante, pour la qu'ele je plaide, et tous me efets, persone, ne perdra jamáis un escalin avec moi je me venarais plutot moimeme, ou je cesserais d'exister. J'ai recu depuis queíque temp, une duplicata de votre letre, au date du 8 7bre. Il y avait une letre de change de cent gourdes sur votre tresorier, j'en ai touché le montant, pour les emplettes que vous desirez il faut atendré le convoi, il m'arrive ici en papier pour tapisserie, la veritable poudre á la marécliale se vend ici 6e. Qualité 66 livres, je l'en refusé 2de. Qualité á 4 gourdes mais c'etait avant la reception de votre letre. L'arrivée de notre convoi qui est á Portoriche changera tout. J'avais prévu que le plan du glorieux combat du 12 vous ferait plaisir, je vous Tai envoyé, il y a environ un mois j'avais emprunté le croquis de son fot et fat auteur, je fis faire le dessein á son issu, si vous ne l'avez pas recu
la Colonia porque podían hacerme alguna mala jugada. No ha cesado desde entonces de manifestarme mil bondades estériles, pero no puedo obtener justicia de ese juez inicuo. Sin embargo, mi detención me cuesta más de cien portuguesas de libros perdidos y llevados en el convoy; mi casa ha sido saqueada, me han robado nueve mil libras en dinero, toda mi ropa; es verdad que desde hace algún tiempo no se habla aquí sino de robos, de fracturas, etc. pero ello no me consuela nada. Me ha sorprendido mucho el saber que el señor Rodríguez había dicho por toda la ciudad que yo le debía, treinta portuguesas. Quería sin duda mencionar la cantidad que V. me había confiado, pero él no tiene poder para exigirla; si lo hubiese tenido, yo vendía en el acto mi negro para satisfacerla. No sé abusar de la confianza de nadie y sería deseable que ese coronel pensara como yo. A pesar de que mi fortuna no consiste ya sino en 150 portuguesas —incluido un crédito de cincuenta que estoy pidiendo— y todos mis efectos, nadie perderá jamás un "escalin" conmigo: me vendería más bien a mí mismo o dejaría de existir. He recibido hace algún tiempo un duplicado de su carta de fecha 8 de septiembre. Había una letra de cambio de cien "gourdes" contra su tesorero; la he cobrado para las compras que V. desea. Hay que esperar el convoy, en él me llega papel para tapicería; el verdadero polvo "marechale" se vende aquí de 6e calidad a 66 libras; he rechazado la segunda calidad a cuatro "gourdes" pero era antes del recibo de su carta. La llegada de nuestro convoy que está en Puerto Rico cambiará todo. Yo había previsto que el plan del glorioso combate del 12 le agradaría; se lo he enviado. Hace un mes aproximadamente pedí el croquis a su vanidoso autor; hice hacer el dibujo sin que él lo supiera, si V. no lo ha recibido,