mañana, a distancia de 280. Toesas de la Batería circular, o Reducto de la Reyna (19) quando a las 91/2 de la mañana, oymos desde el Campamento, una gran explosión, que nos alarmó generalmente sin acertar con el Riesgo… El General, y Mayor Gral, se dirigieron inmediatamente para la Trinchera, que era la parte por donde se sintió el Ruido; y vehiamos un gran columna de humo, que se elebaba a las nubes; luego nos ynforinamos, de que la explosión havia sido dentro del fuerte circular nombrado, y causada por una gra ada de nuestros Obuses; cuia Batería toda ardía ya en llamas… El Generl. y Gefes inmediatos, (dejando el encargo del Campo, y aprestos al General Cagigal) se dirigieron inmeditamente, con algunas tropas, a la Trinchera, y cerciorados del hecho, con presencia del Estrago, Abalizaron las Tropas, al mando del Brigadier Girón, por el Ramal de la Izquierda, y cubiertas de la misma Batería, que Ardía, se Apoderaron de dho Puesto… La prontitud, e intrepidez, con que lo executaron hizo que los Enemigos se retirasen a el Puesto ynmediato, o Reducto del Principe de Galles, que distará 150 Toesas, de este; Y que los nuestros tomasen posesión, sin la mayor oposición… Luego se montaron 4 Cañones, que tenia el Reducto tercero ynmediato, y quedó nuestra tropa Retrincherada… El General Cagigal, propuso inmediatamente, el que las fragatas, que estaban en el Puerto, se Acercasen a Atacar por el Mar, a el fuerte Jorge; se lo havisó al Gral Galbes, y pasó la orden (c) correspondiente al Comandante Alderete; pero nada hicieron, sin embargo de que la ocasión, era la mas faborable, que jamas podia presentarse.
A las 3 d. t. pusieron los Enemigos Bandera Blanca en el fuerte Jorge, y se Abalizaron Algunos Oficiales, a conferenciar sobre Capitulaciones: El General Galbes, Asistió personalmente, y duró la conferencia hasta las 11 de la noche… Supimos entonces que havian bolado en el Beducto 108 Hombres de sus mejores Tropas, y 2 Guardias Marinas.
Miércoles 9.
A las 7 de la mañana, vino a nuestro Campo, el Sargento
mañana a distancia de 280 toesas de la batería circular o Reducto de la Reyna. (Se dijo que estaba errada esta batería de todas nuestras esperanzas y que sólo podría jugar cinco cañones ¡Vaya que es buena!).
A las 91/2 de la mañana oímos desde el campamento una gran explosión que nos alarmó generalmente, sin acertar con el riesgo. El general y el mayor general, se dirigieron inmediatamente hacia la trinchera, que era por donde se sintió el ruido. Veíamos una gran columna de humo que se elevaba a las nubes y luego nos informamos de que la explosión había sido dentro del fuerte circular nombrado, y de que toda su batería ardía ya en llamas, lo que había sido causado por una granada de nuestros obuses.
El general y los jefes inmediatos —dejando el encargo del campo y apresto al general Cajigal— se dirigieron inmediatamente a la trinchera con algunas tropas, y cerciorados del hecho, y del estrago causado, avanzaron las tropas al mando del brigadier Girón por el ramal de la izquierda, y cubiertas por la misma batería que ardía, se apoderaron de dicho puesto.
La prontitud e intrepidez con que lo ejecutaron, hizo que los enemigos se retirasen al puesto inmediato o Reducto del Príncipe de Gales, que distará de éste 150 toesas, y que los nuestros tomasen posesión de él sin mayor oposición. Luego se montaron 4 cañones que tenía el reducto tercero inmediato y quedó nuestra tropa retrincherada.
El general Cajigal propuso inmediatamente el que las fragatas que estaban en el puerto se acercasen a atacar por el mar al fuerte Jorge. Se lo avisó al general Gálvez, y pasó la orden correspondiente al comandante Alderete, pero nada hicieron, a pesar de que la ocasión era la más favorable que pudiera jamás presentarse.
A las 3 de la tarde pusieron los enemigos bandera blanca en el fuerte Jorge, y se avanzaron algunos oficiales a conferenciar sobre capitulaciones. El general Gálvez asistió personalmente y duró la conferencia hasta las 11 de la noche. Supimos entonces que en el Reducto habían volado 108 hombres de sus mejores tropas y 2 guardias marinas.
Miércoles 9 de mayo.—
A las 7 de la mañana vino a nuestro campo el sargento