Colombeia

No disponible.
otros nos esperan con impaciencia, sus armas están preparadas. Sus numerosos barcos y navíos nos ayudarán a superar las inundaciones, frívola defensa que no puede, a lo sumo, sino retardar nuestra marcha victoriosa, pero que no detendrá a los vencedores de los prusianos y de los austríacos. Animados del genio de la Libertad, encargados de su sublime apostolado, no nos detendrán, ni la intemperie de las estaciones, ni las Plazas fuertes, de las que una parte de la guarniciones no espera sino nuestra presencia para unirse a nosotros. ¿Qué opondrá a nuestra invasión este Estatúder, que no tiene para él sino el apoyo de los prusianos y el odio de los verdaderos holandeses? Opon­drá su huida; quizás haya ya previsto nuestra entrada. ¿Qué nos opondrán las facciones del partido de Orange? El terror de hombres sin jefe, y la desunión. No esperemos que los prusianos y los ingleses vengan en auxilio de estas facciones, disipémosles adelantándonos a nuestros enemigos. Entremos en Holanda como hermanos y amigos. Que nuestra generosidad, que nuestra disciplina se ganen el corazón de los