el fuerte de San José, construyó el baluarte del mismo nombre, en su propio lugar, comunicado con la muralla de la Alafia.
Desde 1702 a 1707, el maestro de campo D. Blas de Trinchera (después que a su arribo con su tercio, desalojó a los moros de los ataques que tenían inmediatos a la muralla) en el ataque alto construyó de piedra y barro, con no poca oposición de los enemigos y pérdida de nuestra gente, el fuerte cuadrado de San Miguel, en el sitio en que antiguamente estaba el destacado, llamado de Santa Ana, o el de la Huerta Grande. Y desde este tiempo al de 1715, se gozó la posesión del Cubo, que así llamaban la altura donde hoy está el fuerte de la Victoria nueva y vieja, con toda la vega del río, a los que se extendían sus ataques, y desde aquel dominaban toda la plaza, sin que ésta pudiese, con la artillería, conseguir la destrucción de sus líneas por los gruesos que les daban a los parapetos.
Desde 1707 a 1711, el coronel y gobernador D. Diego de Flores, construyó la batería de San Felipe.
Desde 1711 a 1714 el gobernador, D. Gerónimo Ungo de Velasco demolió los torreones de la muralla que cubría la Alafia, porque embarazaban para la defensa, y en su lugar construyó una batería de dos cañones. Hizo la mina del fuerte de Santiago y empezó la media luna que hay en San Felipe de piedra y barro.
En el año de 1715, el gobernador D. Patricio de la Hoz