Nuestra situación real.
Nota: Nuestros fanfarrones; nuestros capitanes Tempestad, los que nos amenazan eternamente, y nuestros filósofos "mala suerte", están tanto más fuera de medida en sus furores desorganizadores, que no hay, incluso en la flor de las asambleas cívicas, tantos hombres capaces como hombres ponderados, que tampoco hay, incluso en la Convención Nacional, tanta falta de inteligencia, de sistemas y de debilidades que se pudiera suponer.
Todo el mundo, en efecto, está de acuerdo en decir: no más reyes;
Todo el mundo dice también: republica una e indivisible;
Nuestros ejércitos, por otra parte, son todos victoriosos;
No queda más sino respetar, conforme a nuestros juramentos, las personas y las propiedades, mejor que lo que hace la envidia;
No queda más sino organizarse tranquilamente, aliviar, consolar nuestra Patria, garantizarla contra toda nueva invasión, con una sincera fraternidad; y dar a las Nacionales, en la próxima primavera, el espectáculo majestuoso de un pueblo verdaderamente libre.
M.P. Jozeau, Amigo de su país,
de la verdad, del orden y de la Libertad.
Diciembre de 1792, año 1° de la República francesa.
La desgracia del Estado es el producto de los intrigrantes. ¿Durará esto?
París, Imprenta J.B. J.ph. Dubuc