Colombeia

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1801 El estado de las cosas en Francia hacia fines del invierno de 1801 no siendo nada favorable a la independencia de la América Española, antes por el contrario muy peligroso a los que la promovían, el General Miranda resolvió que me pasase yo a Inglaterra a renovar allí las negociaciones antiguas sobre este asunto con instrucción de que si aquella nación nos ofreciese algunos socorros se lo avisase inmediatamente a París para de allí pasar a conducir la operación sin pérdida de tiempo. Combinadas todas las ideas relativas a esta nueva negociación, las cuales debía yo poner bien en mi memoria por no ser prudente el fiar nada al papel en aquella época y escritas casi todas las cartas de recomendación que me debía dar el General, como ni él ni yo teníamos dinero suficiente para los gastos de viaje, contábamos con el favor de nuestro común amigo J.A.S. que a la sazón se hallaba en París y que en todas ocasiones había manifestado el mayor deseo de la independencia de la América Meridional. Mas este amigo no pudiendo prestarnos sino 12 luises, suma insuficiente para el dicho viaje, fue preciso suspenderlo hasta otra mejor ocasión. Entretanto un día que pasaba yo por el Palacio Real, la casualidad me hizo hallar allí a mi antiguo amigo y compatriota don Francisco Zea, que había yo dejado en Santafé al tiempo de mi escapada y que yo creía a la sazón en alguno de los presidios de África a donde la Audiencia nos había condenado con todos los demás que había-