Victoria, 12 de mayo de 1812.
Mi amado general:
Me colma de complacencia el comprender por la de Vd. Del día de ayer que vive persuadido de que este gobierno y el de Caracas cooperamos activamente al objeto de engrandecer nuestro ejército. Por lo que respecta al de la Unión respondo por sus gestiones y aseguro á Vd. Que no ha propendido ni propende á otra cosa. En cuanto al de Caracas no es tan cierto el concepto que deje de tener más de dos graves fundamentos para persuadir y hacer ver á todo el mundo que si hubiera obedecido al Poder federal, en la oportunidad en que debió, nuestros enemigos no se hubieran apoderado de San Carlos y mucho menos se habrían apoderado de Valencia, ni habrían dejado de venir más de 600 hombres que despidieron el otro día por haberse supuesto que constando ya nuestro ejército de más de 600 hombres, no se necesitaban. Mientras que en los representantes de Caracas ó en cualquiera otra autoridad haya arbitrios impunes para entorpecer ó eludir las providencias respectivas á la milicia, seguirán nuestros comprometimientos y conflictos. Vamos pues á prevenirlos, y olvidándonos de lo pasado, fijemos el curso de lo venidero. A este efecto marcha el C. Talavera, de parte del P. Provincial, Mercader por la Legislatura y Roscio por la Unión, con quienes acordará Vd. Todo lo conveniente. Yo no he podido ser de la partida, así por que la elección no ha recaído en mí naturalmente, como porque una contusión en una pierna, precedida de un golpe descomunal que inculpablemente me dio el coronel Arevalo, me imposibilita el montar. Me consuelo cuando observo en mi compañero la más decidida adhesión á las buenas máximas de Vd., únicas que pueden salvarnos. Sabrá Vd. Por él que no hemos decretado una misión á Londres, sino una comisión á las Antillas, para proveernos de hombres y de armas. Aun para esto tuvimos dentro de nuestros deseos el de que Vd. Interviniese, pero no lo permitió la premura del tiempo, sumamente limitado, para que pudiesen los comisionados navegar en la misma fragata en que vino la misión del vicealmirante.
Prospere Dios nuestras armas y colme á Vd. De la gloria de ser segunda vez libertador de su patria. Así lo desea su affmo. Amigo y seguro
S. Q. B. S. M.
Francisco Espejo.