Documentos 1811-1816

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Desde que llegue á esta ciudad encontré al C. J. F. Ribas enfermo, esperé que se restableciese, hasta hoy para ver si á beneficio de algunos remedios se sanaba; más por desgracia todo el día ha estado en cama, despachando sin embargo en ella. Partía mañana de madrugada para el cuartel general pero he determinado dar parte á V. E. de lo que he observado aquí, dirigiendo al efecto al ayudante Felipe Ávila. Aquí no hay un oficial de confianza para desempeñar el gobierno. Vacante éste por ausencia, enfermedad ó muerte de Ribas, no hay absolutamente á quien encargarle empleo tan importante. La guarnición de esta plaza consiste en compañías de abogados y otros inválidos, oficiales de estado mayor, casi iguales á Beñasco. Las disposiciones tomadas aquí necesitan de algún respeto para sostenerlas y por esto he sido de parecer y aun he dicho al ciudadano gobernador que instruya los doscientos negros que se han presentado y reemplace tantos viejos que nunca han sido soldados sino plumistas, profesión acaso no muy devota de la libertad. Tan tenaz ha sido el gobernador en resistir se participe á V. E. su poca salud, como yo en evitar todo lo que puede demorarme aquí, más es necesario decir las cosas cuando no hay otro remedio. Aquí se necesitan dos ó tres oficiales buenos para la sucesión del mando por ausencia, enfermedad ó muerte. Ha declarado V. E. misma que ayuden al C. gobernador estando bueno y le sucedan estando malo, que se continúe en la disciplina y organización del campo volante para que ponga en respeto todo este partido tan inmediato á la costa. Hombres en fin que aunque sean los últimos recursos mantengan el respeto á la capital y su puerto. Yo desespero por irme ya; si confío en que el momento que V. E. reciba este tomará las medidas que crea oportunas, pues estoy por los cabellos, y sólo el cargo que se me podría hacer si tomase el camino sin dar este parte me obliga á esperar, siendo de advertir que he dicho al ayudante portador de este que mañana á las once del día á más tardar este en el cuartel general. Dios guarde á V. E. muchos años. Caracas, julio 6 de 1812, II, de la República. Juan Paz del Castillo.