El ciudadano gobernador militar con esta fecha me dice lo que copio:
"Bien sabéis que ha más de nueve días me consumo atado de una fiebre nerviosa que pone á mi cerebro en un estado de suma debilidad. Hoy me he levantado de la cama, pero ha sido más bien por hacer ejercicio que por un efecto de mejoría.
Bajo de estos principios y respecto á que el generalísimo os ha dicho que después que yo me restablezca paséis al ejército, me parecía que para prevenir cualquier acaso podríais permanecer aquí durante mi actual enfermedad".
Se deduce claramente del anterior oficio que siendo la enfermedad del ciudadano gobernador de larga duración, no presentándose basta ahora ninguna mejoría» y que habiéndome ordenado V. E. permanezca aquí hasta su restablecimiento, enternizaré aquí, cuyo destino repugna en sumo grado mi honor en las actuales circunstancias.
Por otra parte el oficial que pelea, lisonjeándose de la victoria gusta de organizar las tropas que ponen á su mando, conocer el espíritu y talento de sus oficiales, y si es posible el de cada uno de sus soldados, cualidades que le harán acertar en las acciones de guerra y que pueden prestarle la confianza de ser victorioso.
Mi general, no puedo ocultar á V. E. que mi interior padece mucho en este destino de suplente ó gobernador interino, que á las inmediaciones del cuartel general se presentan diariamente enemigos.
Dios guarde á V. E. muchos años.
Caracas, y julio 10 de 1812, II de la República.
Juan Paz del Castillo.
Excmo. Sr. Generalísimo de Venezuela.