Documentos 1811-1816

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Caracas, 15 de mayo de 1812. Muy estimadísimo señor mío. Aguardábamos con ansia una oportunidad segura, como la que se nos ha presentado para felicitar á Vd. Y darle la enhorabuena, porque la interceptación de cartas por el correo no da lugar á comunicar las ocurrencias. El portador de esta es Hermenegildo Peney, vecino de la Guaira, que habiendo tenido una desazón con el capitán de mar de aquel puerto por defender la causa común, ha resuelto presentarse á Vd. Para informarle á la voz de todo lo que pasa con los mandatarios de dicha plaza; si Vd. Tiene á bien ocuparlo en algo del servicio' ó en cosa propia de su oficio, que es carpintero de ribera, estoy seguro de que desempeñará lo que se le encargue; es formal y muy patriota. Aquí estamos en una completa anarquía, todos mandan, ninguno obedece; cada día hay nuevos tribunales y nuevos empleos, y todos los ocupan los godos. La escasez de víveres ha llegado á lo sumo, y á precios tan subidos que aun las gentes pudientes no pueden soportarlos; muchos de los miembros de la municipalidad destinados para la distribución de ellos, se toman la mayor porción para sí y sus amigos y no alcanza para los pobres, y lo peor es que muchos de ellos han hecho granjería vendiendo á más precio. Galguera, encargado de la venta de harinas, y otro de la misma Municipalidad de la del queso, han rehusado recibir papeletas, a pesar de haberse echado por bando pena de la vida al que las repugnare habiendo sido reconvenidos por un juez de uno de los cantones, porque á su ejemplo se resisten los pulperos y bodegueros, le contestaron que era lícito no recibirlas cuando las ventas se hacían por mayor, sin atender á que estos son renglones de primera necesidad. Aquí se ha aparecido Loynás haciendo las veces de Mariano Montilla, poniendo en la mayor consternación á este pueblo, criticando y despreciando sus disposiciones de Vd., que ha dejado los flancos descubiertos, que ha sacrificado la gente en los Guayos» que la deserción es mucha, pues de 100 hombres que se remiten de aquí apenas llegan 40, y otras especies de esta clase, pero quiso la fortuna que llegase un segundo Lander que fue el volante Tacoronte y á presencia del mismo Loynás dijo todo lo contrario, como testigo de vista, que se halló en la acción de los Guayos; por estos informes, haber dicho que venía en comisión, que dentro de pocos días, se marchaba para el ejército, y después fue prolongando el término hasta dos meses, y que ya decía últimamente que lo destinarían á la Guaira, y saber que el mismo Loynás junto con Sata quien, dicen, se halla en esta ciudad desobedecieron una orden de Vd. Comunicada por Mujica, hemos creído que se han desertado; ello es que todos los intrigantes y malvados se están reuniendo aquí, porque ha llegado Pepe Tovar con un certificado del escocés' nuestro amigo Mérida, Briceño, que dice viene en comisión, y el secretario Iznardy que ha dicho que se retira porque ha cesado su ocupación. El gobernador militar ha sabido sostenerse en varios lances que se le han ofrecido con el Poder Ejecutivo y también con Ayala que lo está incomodando desde allá queriendo sostener todavía la autoridad de gobernador militar de esta ciudad. Luego que Vd. Se fue le escribí una cartita á Carabaño, haciéndole presente la súplica que le hice á Vd. Por el muchacho albañil que trabaja en casa, é inmediatamente lo dispensó. Sin embargo que Vd. Sabrá muy bien lo que hacer en las circunstancias presentes, recuerdo á Vd. Las conversaciones que hemos tenido sobre las intrigas de los malvados que nos han estado gobernando, y la necesidad que hay de salir de todos ellos por estar corrompidos e infestados en máximas y opiniones contrarias á nuestra libertad, pues el mejor de ellos no deja de seguir la costumbre tiránica de los Godos, y que uno sólo que quede, es dejar una raíz que retoñe cuando menos lo pensemos. Tenga Vd. Presente la acción de Espejo y de todos los que se le han mostrado adictos, y lo han desamparado en los momentos más precisos, á excepción de un corto número de héroes, que así puedo llamar á los que han sabido sostenerse. Tiene Vd. De intendente de policía á Picornell dado á reconocer por bando, quien está sacando multas á toda prisa, y ultrajando de obras y palabras á los pardos, Galguera superintendente de moneda, Sali-crup, sindicado de que en su casa del Valle tenía una gran tertulia de godos, como León, Canivel y otros, por cuya razón lo comparendaron á la capital, nombrado de ministro en lugar de Alustiza, por haber destinado á éste á la Guaira, Lino Clemente comandante de artillería de esta ciudad y un hijo de Jugo de la Guaira, quien hizo un atentado de descerrajar aquellos parques ó almacenes, sobre que ha habido protestas por el almacenero; estos son los gobernadores en cuyas manos está depositada la seguridad de nuestra libertad. Por lo que pueda importar le hago presente que en una conversación de aristócratas en los Capuchinos dijeron que todos estaban impuestos de su proceder de Vd., que sólo la necesidad había obligado á darle el mando militar, para que los defendiese, pero que concluido esto se pensaría políticamente para quitárselo; esta conversación la presenció un tal Arévalo, oficial de caballería, que fue á ese ejército, nieto de doña María Sanavria y este los rebatió con bastante ardor. Francisco Arévalo clarinete del batallón de pardos de esta ciudad, es muchacho de mi estimación, á quien he protegido muchos años ha por la honradez, con que ha mantenido á su madre, viuda, y dos hermanitas que acaban de casarse; este ha dejado á su madre desamparada y á su mujer; es uno de los que dije á Vd. Tenía que suplicar en nuestra última vista, esperando á que hubiere cumplido con la obligación de salir á defender su patria; espero que si en su carrera pueda hacer alguna acción que merezca ser premiada con algún grado militar lo tenga presente, pues es mozo de punto y honor, y si no cuando Vd. Lo tenga por conveniente lo envíe para consuelo de su familia; el otro es Vicente Feria, sargento 2º veterano que fue al ejército con tropa del Atillo, y estuvo también la otra vez en Valencia, cuando por recomendación mía y del P. Martel obtuvo el grado que tiene; es hombre honrado y bien nacido; espero lo tenga presente para si fuese acreedor á algún grado. El P. Martel recomienda á Vd. Nicolás del Barrio, que fue uno de los practicantes del hospital del ejército; si se portare bien en el desempeño de su función lo tenga presente, y á José María Álvarez, soldado granadero del batallón de pardos, que por ser muchacho de juicio y tener dos hermanitas huérfanas lo recomienda para si mereciese algo por su servicio, y cuyas dos hermanas las tenemos recogidas en casa. Reciba Vd. Expresiones del P. Martel, Francisco, Mariquita, Da Josefa y demás de casa que quedamos encomendándolo á Dios, para que lo saque con felicidad de estas arduas empresas, para bien de nuestros conciudadanos amantes de la libertad, y para que nos mande en cuanto sea de su agrado. Dios guarde á Vd. M. a. Su afectísimo: S. S. Q. B. S. M. Patricio Padrón.