Documentos 1811-1816

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Caracas, 20 de junio de 1812. Mi estimado señor mío: No extrañe Vd. Que nuestra correspondencia haya cesado por algunos días, porque impuesto de que las ocurrencias de esta ciudad se las comunicaban á Vd. Con más individualidad de lo que yo pudiera hacerlo, y que su residencia no era fija en esos valles, visitando siempre los puntos de defensa, le escribimos al canónigo, encargándole le comunicara á Vd. Su contenido, si le pareciera útil, y con D. Francisco Cámara mandamos á Vd. Expresiones solamente» porque lo acelerado de su marcha no dio lugar á otra cosa. Hemos sido testigos de la resistencia de este gobierno en recibir á Quero de gobernador militar, y de los oficios y esfuerzos que éste ha hecho para que se cumpliesen las órdenes de Vd. Así con Carabaño, como con Lino Clemente, en términos que temimos últimamente que lo hubiesen preso, y presenciamos también el recibo del oficio que Vd. Dirigió á Quero, que llegó el día 17, junto con otro para el canónigo y jamás he visto á hombre más exaltado ni que hiciera mayores expresiones por no poder hacer cumplir sus órdenes, pues poco le falto para llorar de coraje, de que resultó un acordado con nosotros para que pasase el P. Martel á comunicar á Casas todo lo ocurrido y ver si podían tomar providencias capaces de que se obedeciesen las órdenes de Vd., y aunque lo principal no tuvo efecto por razones fundadas, contribuyó mucho esta vista para hacer capaz á Casas de las intrigas y amaños que se tramaban en este gobierno, porque no se dejase sorprender sobre el reconocimiento de Lino, pero Casas estaba decidido en no cumplir otras órdenes que las de Vd. Ayer pasamos un día amargo con un bando que se echó, para que todos sin distinción de personas se presentasen en la plaza de Capuchinos, y efectivamente se reunió mucha gente, pero se notó por varios de los concurrentes que no había un godo, ni un isleño, de que dimanó que algunos dijeron públicamente que si los destinaban á la sabana de Ocumare, ninguno iba, pero que si era para ir al ejército irían gustosos, y que por delante debían ir los godos é isleños. Se ha hecho extender la voz de que Vd. Tiene la ciudad rendida á los Corianos; otros reprobando la retirada de Vd. Con el ejército á la Victoria atribuyéndolo á cobardía é impericia, que si no era hombre para la defensa ¿para qué se había hecho cargo de lo que no podía cumplir? Que como se habrían quedado los mirandistas con estas noticias; otros dicen que un paso que Vd. Dé de la Victoria para la ciudad, el gobierno está ya prevenido para largarse, dicen, para Barcelona, pero lo cierto es que los papeles y el dinero están ya encajonados y pedidas 1,000 mulas á Chepito González para su transporte. Nos queda el consuelo de que hoy haya llegado Ribas y esté ya recibido y traiga órdenes de Vd. Para castigar á estos picaros, como lo merecen sus crímenes, porque de lo contrario no podremos salir con nuestros designios. Por un sujeto que ha llegado de las colonias, que ha estado en Puerto Rico y pasa para ese ejército, se impondrá Vd. De los sujetos que han llevado correspondencia con los de Puerto Rico, que aunque estaban sindicados de godos, no se les había descubierto sus manejos. Ahora que son las siete y tres cuartos de la noche se está publicando la ley marcial, á nombre de Escalona Talavera y la buena pieza de Francisco Paúl, sin hacer mención del generalísimo y del gobernador militar, excluyendo en ella los que no tengan 14 años cumplidos y los mayores de 55 Vd. Se impondrá por menor de Quero, pues no nos ha dicho más que esto. Porque no se nos quede en el estómago sin digerir, le recuerdo (aunque infructuosamente) lo que hemos hablado sobre los Paules, y ahora le añado que tiene amistad muy estrecha con Díaz Casado, hermano de Diego Mérida, á a quien en meses pasados pidió 100 pesos prestados y fue el primero que le visitó, cuando llegó de Maracay, y sepa Vd. Que el dicho Francisco Paúl dijo que no se le daba el mando militar á Quero, porque el pueblo no lo quería. Ya Vd. Estará impuesto de que León ha descubierto las uñas, y el haberle dado al médico Díaz el mismo empleo que le había conferido la Regencia nos tiene incomodísimos, y en un tiempo en que se han suprimido varios empleos más necesarios que no ese, que nunca lo ha habido aquí. Remito á Vd. La adjunta esquelita que me envió Lander, para que Vd. Se imponga de su suerte. El P. Martel hace a Vd. Finas expresiones, que reciba esta por suya, que apreció el recuerdo que le hizo con Pérez, y que a no ser las ocupaciones que tiene hubiera ido a verse con Vd., que no le escribe en particular, porque siempre van nuestras cartas de dos ingenios. Francisco Doña Josefa y Mariquita hacen a Vd. Iguales expresiones. No ocurre por ahora más que decir á Vd. Sino que nos alegramos que Vd. Se mantenga con salud y que mande cuanto guste á su affmo. S. S. Q. B. S. M. Patricio Padrón.