Avanzadas de la Cabrera, 19 de mayo de 1812.
Generalísimo:
Me veo obligado á enviar á V. E. el teniente coronel L. B. de Chatillón para dar á V. E. conocimiento oficial del estado de debilidad á que está reducido el cuerpo de mi mando, á causa de las enfermedades. El se enterará de vuestras órdenes é instrucciones sobre el partido que hay que adoptar con respecto á este asunto y tendrá el honor de comunicar á V. E. mis observaciones. Me he visto obligado á dar una gran cantidad de papeletas de hospital' y si esto continúa, temo quedarme sólo en muy pocos días.
De los 106 morenos, cuyo mando me ha confiado V. E., sólo cinco están enfermos. Este cuerpo se encuentra en la posición elevada que V. E. quería hacer ocupar. Dicha tropa es más que suficiente para este punto inaccesible á una fuerza superior. Los caminos que á él conducen y de los que tomé conocimiento al encargarme de este cuartel no pueden dejar al enemigo la menor esperanza de penetrar por este sitio. Las otras posiciones están guardadas de manera que si el enemigo las ataca, tenga que arrepentirse de ello.
Estoy impaciente, mi general, por ver realizado el proyecto que V. E. abriga de darme un batallón de cazadores, pero más aun por poder formar una legión de tropa ligera que llene vuestras miras y pueda concurrir de una manera eficaz á determinar el éxito de vuestras empresas, y fijar para siempre bajo vuestra egida la victoria y por consiguiente la felicidad y la gloria de esta comarca.
Tengo el honor de ser, mi generalísimo, con la mayor consideración y respeto vuestro affmo. S. S. y subordinado
Q. B. S. M.
J. du Caylá.
Coronel de Infantería.