Mi general:
El Poder Ejecutivo me ha hecho llamar inmediatamente después de mi llegada y me ha pedido que le hablase con toda claridad; yo lo he hecho lo más enérgicamente que he podido y 2 horas más tarde han proclamado la ley marcial.— Todo el mundo se presenta y se alista. Por qué no tenemos diez mil fusiles?
De acuerdo con León vamos inmediatamente á preparar víveres para asegurar á vuestras tropas por lo menos tres meses de ración; con los recursos que existen en este momento á nuestra disposición, con economía y orden, hasta podremos asegurarla para 4 meses.
Caso de que aumente el número de vuestros enfermos, convendría acaso enviarlos á Caracas; aun no se ha pensado en esto; he hablado á León de este artículo esencial y va á disponer todo lo necesario para 200 ó 300 enfermos.
Robertsón va á verse con V. E.; os es muy adicto; como yo lo conozco más intimamente que V. E., creo poder asegurarle, mi general, que podrá empleaársele muy útilmente en la organización y reforma de la milicia, cuyos detalles y economía conoce perfectamente.
Reciba V. E., mi general, la expresión de mi respetuosa fidelidad.
12 de junio.
L. Delpech.