Puerto de Mocundo, 5 de mayo de 1812.
Mi general:
Llegué aquí ayer á la una de la tarde y me encontré con que faltaba la gran canoa que había sido sustraída dado por el antipatriota Sandoval.
He encontrado la lancha en el mismo estado de inutilidad, sin medios para componerla; la canoa pequeña está aquí. He pedido algunos hombres armados al comandante de las fuerzas que están en Guacara y si me los envía, tengo el propósito de ir á Guaica á apoderarme del bote que, según me dicen, está guardado por el antipatriota Sandoval.
También tengo el proyecto si me envían algunos hombres armados, de nacer todos los esfuerzos posibles, aunque sea con musgo de árboles, para calafatear la lancha, y librarla del peligro en que las circunstancias podrían hacerla caer.
Estoy haciendo montar mi cañón y creo que mañana podría servirme de él si me envían pólvora, balas, etc.
El Catire ha establecido dos puestos, uno de ellos muy cerca de aquí al zamancito, ai negro y al bucarito.
El ayudante del director de marina, ha hecho mal en no ponerse en comunicación conmigo, pues lo hubiera inducido mucho á reclutar algunos marineros de San Joaquín, que son mejores que los de aquí y tienen otro espíritu.
Yo no pienso abandonar este puerto sin tener la seguridad de recibir las órdenes que V. E. tenga á bien comunicarme.
Reciba. V. E., mi general, el homenaje de mi respetuosa adhesión.
Vuestro affmo. Y S. S.
P. Dupin.