Documentos 1811-1816

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Guaira, 3 de julio de 1812. Mi querido Carlos: Después de haberte escrito esta mañana se me presentó Mr. Laury diciéndome que el enviado estaba decidido á no venir más á tierra. En consecuencia le he escrito una carta del tenor de la adjunta copia, que llevó Peña en persona, quien acaba de volver asegurándole lo mismo que Laury, pero me dice también que ha ofrecido contestar mi carta y escribir al general, cuya respuesta deberá esperar, pues ya se le ha dicho que el puerto está cerrado y que á nada puede accederse sobre su regreso sin expresa orden del generalísimo, así por aquella razón como porque no sería honor nuestro permitirle marchar sin haberse visto con el general ó hecho presente su comisión. A este sujeto se le dispuso el único y buen alojamiento de esta plaza que es la factoría. Se le ha puesto de almorzar, comer y cenar con el mayor lujo y aseo, habiéndolos acompañado cada día veinte y cuatro personas entre estas el comandante de la fragata de guerra inglesa, sus oficiales, el capitán del buque que los condujo, Laury, el ministro y demás personas escogidas. Al desembarcarse se le recibió con salva y en fin se le ha dispuesto alojamiento en Caracas y aun las muías estaban ya aquí y se han devuelto. Aunque yo considero al tal enviado hombre tan majadero y débil que está sujeto á los caprichos de su mujer, creo también ha habido algún duende que le ha ponderado los riesgos y peligros aprovechándose de su excesiva cobardía: este creo yo haya sido el mismo Laury que desde el principio que se dijo la venida de un enviado se manifestó quejoso de no haber merecido esta confianza, máxime cuando la venida de éste pone en cierto modo una cesación á su desmesurada avaricia. Lo cierto es que él es el único que los ha tratado con confianza, el que se opuso siempre á la subida de la familia á Caracas; y últimamente el que ha manifestado satisfacción de la determinación de Scott aunque diciendo con medias palabras que estaba avergonzado, etc. Este hombre solicita diariamente un privilegio a favor de su bolsillo, ya sobre el papel moneda, ya sobre que no deben pagar derechos los medios cargamentos que vienen de víveres con el título de para su gasto, ya que los efectos que toma el Estado se le paguen en pesos fuertes; y últimamente él quiere que todo lo del Norte sea respetado sin que esté de por medio el interés general de su nación, sino el sólo suyo y cuando se trata de hacer el menor servicio al Estado en su particular, salta y brinca, como sucedió el día pasado con el bergantín Matilde para ir á Cumaná por las tropas. Finalmente él es bastante adicto á nuestro sistema y al generalísimo; pero quiere exprimir el suco á nuestra pobreza bajo estos auspicios: Ustedes mismos lo observarán porque yo creo que su viaje no será sólo por servir al enviado sino por conseguir alguna gracia ó privilegio. La fragata inglesa con Molini y Du Caylá sale mañana según me ha dicho su comandante y también la goleta Erin con Delpech. — Esta tarde en medio del más grande aguacero ha salido la balandra con los víveres y municiones para Puerto Cabello, y unas cuantas de las últimas que se han quedado por falta de buque se están poniendo en una lancha que marchará por la mañana: hoy no hemos sabido nada de Puerto-Cabello. Acabo de recibir la contestación de Mr. Scott, que incluyo y pienso decirle mañana que el buque será descargado inmediatamente; pero que le reitero que no podrá salir hasta la orden del generalísimo: este hombre debe ser loco ó yo no lo entiendo: él tiene mucha fachada de haber sido contramaestre poco antes que diplomático. Ahí va su carta para el generalísimo. Por ahora no ocurre otra cosa y adiós. M. M. de las Casas. Scott habla inglés y un poco de francés por lo cual envié á Peña, pero nada de español.