Guaira, julio 3 de 1812,
29 de la República.
Me es sobremanera sensible, señor Scott, que privéis al generalísimo de nuestras armas no sólo del gusto de veros y trataros, si no también del de manifestarle el objeto de vuestro mensaje. Los deseos de este supremo jefe y toda nuestra nación de estrechar las relaciones de estos Estados con los de la América del Norte y la oportunidad de vuestra venida con este objeto me pone en la indispensable necesidad de haceros presente que pues no existe el menor peligro de vuestra persona en el viaje hasta la Victoria, tengáis la bondad de disponerlos á verificarlo, pues con este solo paso se encontrarán satisfechos los deseos é intereses de vuestro generoso gobierno, los de nuestro generalísimo y mi honor mismo quedará cubierto de la desconfianza que pueda padecer por la conducta que haya observado en vuestro obsequio y tratamiento. Yo me lisonjeo de conseguir el efecto de tan justa pretensión, con cuya esperanza y por no poder embarcarme por mi empleo se os presentará mi compañero el comandante político quien os hará ver mejor á la voz la inexistencia del menor riesgo y la urgencia de la mencionada entrevista. — Recomiendo á vuestra consideración los ardientes deseos de complaceros de este obediente y mejor servidor
Q. B. S. M.
M. M. de Las Casas.