Guaira, 10 julio 1812.
Mi querido Carlos.
Te incluyo copia de un oficio en que el comandante político con perjuicio del servicio y en cierto modo de la seguridad se propone proteger el monopolio del remate de este hospital entre el ministro Alustiza y su yerno Goenaga. Nadie sabe más que tú la necesidad en que estoy de oficiales, por mis repetidos reclamos; pero no ha sido este el principal motivo que he tenido para mandar la incorporación de aquel en su cuerpo, sino la de cohonestar por este medio su separación de esta plaza destinándolo al ejército ó á Caracas en cambio de otro. Con este paso no sólo se pone cesación á la especulación del remate en que el erario público padecerá tan notablemente, como se dice, por estar en manos de suegra y yerno, además no merece esta familia el mejor concepto acerca de su adhesión al sistema, siendo tanto más peligrosa su presencia aquí cuanto que su hermano Elzaburu debe llegar de hoy á mañana encausado, por el mérito que presta la declaración que en copia te acompaño, de cuyo igual tenor hay otra y ambas deberán agregarse al parte de Piracel que ya habrán visto: todas estas razones las expuse antes á la voz á Peña y por su clara urgencia se convenció de separarlo de aquí, pero ahora se ha propuesto, como lo veo por la indicada copia de oficio, oponerse á toda disposición mía aunque propenda a favor de ¡ del servicio y seguridad del país.
Allá va el capitán del bergantín Matilde cuya conducta en su regreso de Barcelona es tanto más criminal después de haber tomado informe de su segundo, pues éste asegura que dicho capitán estuvo dos días en Barcelona y en tierra, por cuya razón no sólo debió haber entregado el importante pliego que llevaba para aquel gobierno que contenía nada menos que otro del generalísimo para Villapol, sino que indispensablemente según se explica Robertson en su carta debió recibir ayer la nueva orden de seguir á Cumaná, sin embargo que con la que yo le había dado tenía suficiente para solicitar á Robertson en uno de los puertos de Barcelona, Cumaná y Margarita: este hombre merece ser severamente reprendido así por aquel garrafal defecto como por haberse negado á continuar en el buque, el que saldrá hoy al entrar la brisa al cargo del segundo.
Nada sé aun de Puerto Cabello; pero espero tener algún aviso de hoy á mañana de Ocumare. Nada más ocurre por ahora y queda á tu disposición este tu afectísimo amigo:
Casas.
Antonio saluda y desea felicidades á Leleux y Carlos.